sábado, noviembre 16, 2019

Inauguración de la tienda online Um Draiga con literatura saharaui en español

Atención a los lectores de literatura saharaui en español. Se trata de varios libros de poesía y prosa de la Generación de la Amistad Saharaui editados por Um Draiga (Amigos del Pueblo Saharaui de Aragón).
UM DRAIGA
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La fuente de Saguia, La música del Siroco, Um Draiga, Un beduino en el Caribe, (Generación de la Amistad Saharaui)La fuente de Saguia, La música del Siroco, Um Draiga, Un beduino en el Caribe
“La música del Siroco”, libro de poemas de Ali Salem Iselmu
La música del siroco es la música del alma cuando peregrina ajena a la realidad y en la fusión de los sentimientos renace para arrancar al aire la arena y esparcirla en pequeños versos que desbordan la conciencia, es allí cuando cala inmersa y se sumerge para hundirse en cada uno que la adopta como suya.
Es tan profunda una duna como un poema o una canción que entra en nuestros cuerpos y desaparece como lo hace el siroco cuando se funde con el agua, la palabra es belleza cuando la elevamos al orgasmo del verso y es allí donde vuela inequívoca y desafiante para brotar de nuestros labios.
Dejemos que la palabra acompañe a la imagen y desde el exilio de cada uno seamos capaces de sentir el movimiento de los ojos cuando besan el espejismo del desierto.
“Um Draiga”, antología de poesía saharaui en español. Generación de la amistad saharaui
Este libro pretende ser un homenaje a las víctimas de Um Draiga y a los poetas saharauis que desde su poesía consiguen emocionarnos y acercarnos su cultura.
No podemos olvidarnos de los saharauis que viven en las zonas ocupadas del Sáhara Occidental y que con el ejemplo de su Intifada pacífica nos anima a seguir luchando por un Sáhara Libre con las únicas armas que tenemos: la verdad y la justicia.
“La fuente de Saguia”, relatos saharauis en español. Generación de la amistad saharaui
Un niño que perdió la vida corriendo hacia la vida, un buscador de dromedarios bondadoso en el inhóspito desierto, las travesuras de unos niños en el internado o las dificultades de un inmigrante al que llaman extranjero, cuando en el Sahara al extranjero se le llama huésped, son algunos de los relatos que habitan estas páginas.
Relatos que hacen reír, reflexionar, o que provocan alguna lágrima, relatos con historias sorprendentes.
La fuente de Saguia nos ofrece historias para conocer el Sahara de la mano de ocho escritores saharauis que nos acercan al sufrimiento y la esperanza de este pueblo hermano que pretende seguir escribiendo su propia historia.
“Un beduino en el Caribe”, relatos de Ali Salem Iselmu
“Ali Salem nos ofrece una crónica de su vida con las sencillas palabras del poeta y el análisis del periodista que es y nos retrata su mundo desde la infancia que sesgó la guerra hasta nuestros días, pasando por la vida y la historia de los pobladores del Sahara, sus sueños y sus desgracias. Hoy los niños siguen corriendo y gritando y llorando y riendo… y el siroco sigue soplando. Y aquel niño sigue en el exilio”. Prólogo de “Un beduino en el Caribe”, de Mohamed Salem Abdelfatah Ebnu.

viernes, noviembre 15, 2019

El último erudito del cielo


Texto: Ali Salem Iselmu. Ilustración: Fadel Jalifa
Cuando lo vi estaba temblando de frío, tenía la cara cansada después de una larga noche en la que se quedó sólo sujetando las cuerdas de la jaima, en aquella tormenta de arena.
Él conocía de memoria cada estación. Sabía que la estrellas cuando caían inclinadas al sur, anunciaban los vientos del Este que solo traían una arena oscura y espesa en la que nadie podía orientarse.
Cuando él perdía toda esperanza en aquel cielo, que había salvado a sus antepasados, entonces acudía a las palmeras de los oasis y empezaba a rezar con las manos abiertas, buscando milagro en el Este, sin olvidar nunca los vientos húmedos del Sur. Aquellos que traían el olor del agua y hacían correr a los animales, cuando intuían que una nube salvadora se precipitaba de aquel cielo lleno de colores enigmáticos.
En aquella confusión de nubes y tormentas, él miraba con la mano izquierda apoyada sobre su frente, haciéndole una pequeña sombra. Dirigía sus ojos al sur-este, oteaba el horizonte una y otra vez. Sabía que no podía equivocarse.
De su mirada dependía la vida de aquellos hombres que habían aprendido a observar e interpretar el cielo, pero él tenía la última palabra, el primer paso de aquella estirpe de hombres y mujeres.
Un error le suponía la vida o la muerte. Empezaba a caminar descalzo sobre la fina arena. Cuando se sentía perdido e inseguro. Cogía con su mano derecha un cuenco y bebía, hasta llenar su boca. Miraba al Este y expulsaba de sus labios un chorro de agua[1], para detener el viento de arena.
Él era el guía, el hombre que conocía la sombra de los árboles y el brillo de las estrellas. Sabía distinguir cada estación.
Cuando cesó la tormenta, observó los pequeños montículos de arena que se habían formado alrededor de los arbustos. Sabía que no estaba perdido.
Un viento suave y húmedo empezaba a soplar, los animales caminaban decididos. Sabían que aquel viento había dejado sobre la tierra pequeñas charcas de agua.
El bochorno desaparecía del cielo, un sol de color intenso anunciaba el fin de la estación de verano.
Después de la tormenta de arena, la lluvia volvía a penetrar en la seca tierra dándole vida. El último sabio del cielo, volvía a colocar su turbante sobre su cabeza, tapando sus labios. En su mano derecha llevaba un rosario que movía suavemente con sus dedos, mientras iba recordando los años de lluvia y sequía.
Su estirpe de la que aprendió los colores del cielo, las gotas de agua y los granos de arena, le había encomendado un último deseo, seguir descifrando las huellas que dejaba el viento sobre la tierra.
Ese año, se advertía en sus ojos pintados de rojo. Es el año en que el agua volvió a correr sobre las dunas, deteniendo el feroz viento de arena y salvando al último erudito del cielo. Cuando él empezó a respirar el aire húmedo tocó la arena mojada, miró a su alrededor y con tono pausado dijo:
– Aquí acamparemos, este será el año de la hierba Etmara[2].
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[1] Tradición entre los nómadas saharauis cuando veían el peligro de un vendaval que avanzaba hacía sus jaimas. Llenaban la boca de agua y la escupían hacía la dirección desde donde le venía las tormentas del siroco para desviarlas o detenerlas.
[2] Hierba que da nacimiento a una flor blanca. Cuando se seca, se convierte en una costra de espinas.

martes, noviembre 12, 2019

Poema del escritor y poeta saharaui Ali Salem Iselmu en recuerdo y homenaje a Badi Mohamed Salem

Isabel Gomes, Juan Carlos Gimeno, Badi Mohamed Salem y Ali Salem Iselmu, en la jaima de Badi en el exilio 2016
Poema del escritor y poeta saharaui Ali Salem Iselmu en recuerdo y homenaje a Badi Mohamed Salem, erudito y poeta saharaui que se marchó para siempre el pasado sábado 9 de noviembre de 2019 en su largo exilio en Argelia.
Badi, el poeta del viento de arena.
Cuánta sabiduría,
había en sus ojos
el dromedario blanco del Tiris
el jinete que buscaba
la sombra de la acacia.
Él conocía las raíces
de la pequeña duna
que abrazaba
el tronco del solitario árbol.
Sus manuscritos
su leve sonrisa,
su palabra profunda.
Auserd, Dumes y Dajla,
te lloran.
Poeta del viento de arena,
de la nubes del sur,
Tiris te espera
en el interior de Leyuad.
Te canta el agua
de los Achguig[1]
Badi, turbante negro
darra[2] azul
melena de versos,
no te has ido.

Las montañas del Tiris
esperan las palabras del poeta
que conoce
el olor de la arena,
la música del viento,
cuando sopla
de los acantilados blancos
del oeste.
Badi, el verso en hasania[3]
la metáfora de la nostalgia,
te has llevado contigo
los secretos de la badia[4].









[1] Agua de lluvia que se forma entre cavidades de unas rocas en la falda de una montaña o en el lecho de un río seco.
[2] Túnica larga que usan los hombres en el Sáhara Occidental y Mauritania.
[3] Hibrido de lenguas africanas de Senhaya y árabe clásico que se habla en el Sáhara Occidental y Mauritania.
[4] Lugar donde hay agua y pasta donde viven los nómadas.

sábado, noviembre 09, 2019

Ali Salem Iselmu, escritor saharaui: “Los protagonistas de mi libro van de exilio en exilio”

El escritor saharaui anima a conocer mejor la literatura africana, sin fijar estereotipos previos
*Fuente: La Nueva España. M. J. I. 07.11.2019. Foto: DUNAI PEDROUZO
"Los protagonistas de mi libro van de exilio en exilio y buscan un lugar al que llegar". Lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana el escritor saharaui Ali Salem, autor de "La luz de las cuatro velas del Sahara".
Salem, que participó en la mesa redonda organizada con motivo del Día de los escritores africanos, que se celebra hoy, animó a los lectores a conocer mejor la literatura africana, sin fijarse estereotipos. Inmaculada González Carvajal, presidenta de la Fundación El Pájaro Azul, destacó que Asturias es, junto con Cataluña, la única comunidad de España que se une a la celebración. Vicente Montes, experto en literatura francófona, destacó la calidad de la obra de Ali Salem.


viernes, noviembre 01, 2019

El tidinit y la africanidad saharaui


Texto y foto: Bahia Mahmud Awah
El componente cultural es uno de los elementos antropológicos que resulta diferenciador para el Sahara con respecto a otros países del norte africano, como Marruecos, Argelia, Túnez y Libia. Hago hincapié en la lengua hasania y su literatura, la vestimenta africana la darraá[1], la melhfa[2], la música houl o El houl[3] y sus instrumentos, el tidinit[4], el ardin[5] el tabal[6] y la neifara[7].
Sin embargo, la presencia de estos rasgos en algunas geografías transfronterizas se ha convertido en un puente de unión entre África del Norte y África subsahariana. Estos rasgos culturales específicos de la cultura saharaui y mauritana son un nexo donde convergen varias culturas, la árabe, la africana y la hispana, esta última con la introducción de la guitarra española en la música saharaui en el siglo XX.
El clásico griot mauritano, Sidahmed Uld Ahmed Zeidan, nacido en la región de Tembedgha en El Haud Eshargui de Mauritania en 1945 y conocido como uno de los grandes clásicos de la música tradicional hasaní, explica que el tidinit tiene su origen en el laúd árabe original y fue creado por el músico iraquí Ishagh Almufsali. Más tarde este instrumento pudo llegar a la música del África negra a través de un discípulo de Ishagh llamado Zariat.
El tidinit está considerado entre los grandes clásicos de la música mauritana como “símbolo de la historia” para las culturas hasaníes, es decir Mauritania y el Sahara Occidental, porque era su voz de arenga patriótica ante las gestas y epopeyas que cantaban los igauen[8] y los juglares para ensalzar a los bravos guerreros anticoloniales y en épocas de batallas intertribales.
El tidinit tiene cinco cuerdas, denominadas تشبطن tishibten. Según cuenta Uld Ahmed Zeidan en sus orígenes tenía cuatro cuerdas y el propio Ishagh Almufsali fue el que añadió una quinta cuerda de color rojo elaborada de seda, a la que llamó  وتر الدم wáter Edam, “cuerda de sangre”. Esto sucedió durante la época de los  العبسين Abasies, finales del mandato del califato de Harun Arashid años 786–809.
En 1969 el clásico del houl hasaní, el mauritano, Cheij Uld Abba emprendió una gira por algunos enclaves del Sahara Occidental, aún bajo dominio español, y en un concierto en la localidad costera de El Aargub, el poeta saharaui Ahmed Baba Uld Budbuda Uld Abdelaziz, bisnieto del sabio Chej Mohamed Elmami, le improvisó en pleno recital estos versos, impresionado por la voz del griot y el toque de su tidinit. Versos que fueron inmortalizados por el clásico al ser musicalizados, y que han sido memorizados durante generaciones, tanto en el Sahara Occidental como en Mauritania.
تدنتك و اردين زين     و الردات امعها
والل بعدن بعد اخلين         يلوما كلنها
Bellos son tu tidinit y ardin,
hermosa  es tu voz,
y no me resisto a expresártelo.
En mayo de 2016 en los campos de refugiados saharauis tuve una charla con el poeta y erudito Salma Brahim, alias Belgha. Conversando en su jaima sobre la cultura e identidad de los saharauis como pueblo que la bibliografía colonial y su vecino del norte intentaron desdibujar a pesar del innegable argumento de su existencia como pueblo afro-árabe, Belgha me dijo:  “Cuando investigamos la historia de los saharauis como pueblo e identidad que existía mucho antes de que España ocupara el territorio, debemos saber el por qué los saharauis han vivido siete siglos en jaimas; siete siglos hablando hassaniya, hasnia, como su lengua y durante siete siglos su medio de transporte era el camello. Esto tiene alguna razón”. (Belgha, 2016)
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[1] Vestimenta del hombre saharaui. Atuendo de procedencia de los países del África negra.
[2] Vestimenta de la mujer saharaui y mauritana. Túnica de procedencia africana.
[3] Música de la cultura de las sociedades hasaníes en el Sahara Occidental y Mauritania. El nombre igual procede de las lenguas africanas de senhaya o zenaga.
[4] Instrumento tradicional de la música El Houl saharaui y mauritano, de origen arabo-africano, solo es tocado por el hombre.
[5] Instrumento de cuerda tradicional que combina cuerdas y tambor usado exclusivamente por la mujer, tiguiuit.
[6] Tambor fabricado artesanalmente de un árbol africano y cubierto por cuero curtido del camello. El tambor sus laterales suelen ser repujados con distintas geometrías de la artesanía tradicional de las escuelas de Tiris y Chengueti.
[7] Instrumento tradicional de viento, se trata de una flauta de uso pastoril en la cultura saharaui y mauritana.
[8] Plural de iguiu, cantante griot de la música houl en el Sahara Occidental y Mauritania.