viernes, febrero 21, 2014

Pantalla

A los asesinados en Ceuta.

Impasible te miro.
Desde mi sillón
la vida pasa.
Dominas,
seduces.
No aparto la vista.
La sangre me retiene,
los mutilados cuerpos
embrujan.
La muerte,
fría y cercana,
acompaña.
Siguen matando
las bombas.
Prostituida
la joven,
desde la pasarela,
sonríe: El político
saluda.
Pobre y africano,
el negro,
muere en la orilla.
Nada nuevo,
la vida me aburre.


Bachir, febrero 2014.

lunes, febrero 17, 2014

Desde Nueva York. “La poesía fortalece la resistencia popular y proporciona eslóganes comunes”

Hace unos años atrás que he conocido a través de nuestra literatura saharaui y su extensión por el mundo hispano a un lingüista y traductor neoyorkino llamado, Joseph Mulligan. Sin mi verso y el de varios poetas saharauis en lengua castellana y hasania, posiblemente no hubiera sido posible esta ocasión. Y a propósito, recuerdo ahora que hace unos ocho años, en la cafetería de Círculo de Bellas Artes de Madrid un dirigente saharaui con el que estuve conversando y tomando un café junto a mi amiga la filóloga y poetisa saharaui Zahra Hasnaui, nos dijo:
– Habéis llevado nuestra causa con vuestro verso al mundo universitario norteamericano, y esto a nosotros los políticos nos allana el camino.
Mulligan me escribió de Nueva York hace unos dos años y me propuso que hiciéramos juntos una antología poética bilingüe, que englobara versos de varios poetas saharauis en castellano. Pusimos manos a la obra, y la iniciativa se encaminó y me sorprendió por el nivel de implicación de este lingüísta norteamericano, quien me pidió que le hablara del debate poético de Salama Uld Eydud y Yedehlu Uld Esid.
No hace mucho que me escribió y, tal vez inspirado por toda la información que le había facilitado sobre la literatura saharaui en hasania y sus protagonistas más relevantes, me dijo:
– Bahia, estoy aprendiendo el árabe para poder acceder y traducir el verso de hasania.
Acabo de recibir un sorprendente poema que no es más que el reflejo del propio Joseph como lingüista, tal vez para decirme, tal y como he creído siempre, que la historia del verso saharaui no tiene fronteras y tiende al infinito en su espacio. Y como dijo el difundo Mahmud Darwich “la poesía puede ser considerada como demasiado débil, un juguete que se arroja contra los rifles, pero a menudo es tan buena como la dinamita, cristaliza posiciones políticas mediante líneas que, memorizadas por los viejos y los jóvenes, fortalece la resistencia popular y proporciona eslóganes comunes”. Pienso que el gesto que se hace incondicionalmente hacia otros, hecho en verso, es el mejor homenaje solidario y fraternal. Y no puedo apropiarme del agradecimiento a nuestro amigo Joseph Mulligan porque es patrimonio de todo el pueblo del Sahara Occidental.
El poema está inspirado en un largo talaa del clásico Salama Uld Eydud que enviaba a Yedehlu Uld Esid, y que iniciaba su gaf con:

كول الجدأهلو عن مسحوب           ذ الوكر الي يشرح لكلوب
من تيشية لين المحجوب                       للكتم لعكيدت ديان
(...)
Díganle a Yedehlu que esta morada
que limpia el alma es todo agua,
desde Tishia hasta El Mahyub,
del Guetma al pozo Deyan. (…)

Díganle a Bahia
Díganle a Bahia que traduzca más poesía:
no le hace falta ningún Bayt al-Hikma [1]
para que cante en castellano un galb [2] de Beibuh [3]
un talaa [4] de Badi [5] o legtaa [6] de Salama [7] y Yedhelu,
Y si es olvidón, recuérdenle que la biblioteca
de Chej Malainin [8], incinerada por ignorancia,
solo se reconstruirá con el fuego de la lengua
y llamas bastantes encontrará en la garganta.
Y si se anima a traducir, que no olvide ser poeta
antes que traductor, y antes que poeta es menester
ser bauaha[9], pues cada poema es agua dulce
que se toma bajo la sombra de una acacia.


Bahia Mahmud Awah


[1] Verso orientativo que encierra mucha sagacidad e  inteligencia en la riqueza de la composición poética.
[2] Montaña y también dícese al corazón.
[3] Destacado poeta nacional saharaui nacido en el siglo XX 
[4] Poema en hasania.
[5] El decano de los poetas saharauis en hasania. Badi Mohamed Salem, erudito y poeta.
[6] Debate poético surgido en la literatura saharaui entre los años 1936 al 1974 protagonizado por tres grandes clásicos saharauis en hasania.
[7] Clásico poeta saharaui autor de la 3ª Edad de Oro en la literatura saharaui junto a Yedehlu, Rayel Uld Emboiric, Beibuh Hach y Mohamed Uld Abdalahi.
[8] Erudito y teólogo saharaui anticolonial, fundador de la ciudad de Smara (1830- 1910)
[9] Buscador del agua en el desierto a lomo de camello.


*Ver artículo de Joseph Mulligan, Huellas de lgtá

viernes, febrero 07, 2014

Y... ¿dónde queda el Sahara?

Fotografía de Santiago Barrio. El teatro de las dunas.
A un palmo de tu casa cuando ves su perfil dibujado en un mapa. A dos horas de vuelo de España. A un salto enérgico desde la isla más alargada canaria. A un beso de agua Atlántica.
En tus ojos cuando recuerdan, veo el Sahara. En tu habla, que es mi habla. En las palabras de una lengua que los saharauis aman, tanto como amaba Lope, Tirso, Calderón de la Barca.
Queda a 38 años del final de su historia colonial. A 100 años de historia borrada. Olvidada. Queda a pocos pasos de la gente sin memoria.
Y a miles y miles de historias de hombres y mujeres que aterrizaron en esas tierras cálidas. Queda lejos de ser una provincia más de España, como lo fue, créeme, en otra España.
En tu corazón siento el latir del Sahara. Occidental lo llaman. Western Sahara. Marruecos no se llama. No. Queda muy lejos del vecino que ansía lo que no es suyo. A años luz de distancia. Hablamos lenguajes distintos. Y no entiendo nada.
En sus cicatrices de altos muros y minas me duele el Sahara. Un Sahara que sangra. Queda muy lejos de la palabra Justicia. A muchos días con sus noches del Cabo de Buena Esperanza.
¿Y dónde queda el Sahara? preguntas por romper el hielo. Queda, pienso, a un te quiero hoy y no te quiero mañana. Muy cerca de un dulce sueño que arrebatan al alba.
Los políticos de chaqueta y corbata se empeñan en situarla a cientos de miles de kilómetros de distancia. Para ellos, me atrevería a decir, no existe el Sahara. Y aun así, en mi retina se refleja cada granito de arena de un desierto que se baña juguetón en el océano.
Como una intrépida malabarista paseo haciendo equilibrios sobre una línea imaginaria. Es el Trópico de Cáncer que atraviesa como una lanza el Sahara y el mismísimo continente de África. Y desde lo alto veo una tierra luminosa. También convulsa y valiente. Y desde hace poco desconfiada.
¿Y dónde queda el Sahara? Orgullosa te digo, que a escasos milímetros de tu piel, cuando me estrechas la mano. O la mano de cada saharaui que vive luchando en la zona ocupada, en los campamentos de refugiados, en la lucha diplomática o en la lucha diaria, muy lejos de su tierra amada. Sahara.