Fuente: Blog ¿Y dónde queda el Sahara?
Texto: Bahia Mahmud Awah y Foto de Mercedes
Romero; 11 de noviembre de 2018
El pasado viernes 9 de noviembre en la
ciudad castellano manchega de Herencia tuve el placer de compartir un paseo
reflexivo poético, y diría antropológico, con un nutrido público herenciano que
sigue de cerca la historia del Sahara Occidental y su proceso de
descolonización. El sentido del encuentro radicaba en “Palabras que unen” y su
herencia en la memoria colectiva me llevó a un espacio, de esos de las
bibliotecas, donde se resguarda con fidelidad el verbo en su más esplendido y
extenso sentido de transmisión.
En este encuentro recordé que 37 años atrás
un grupo de 23 escritores españoles visitaron al pueblo saharaui en plena
guerra y exilio para comunicar su causa y exponerla en su registro de verso y
activismo intelectual. Esta verdadera leyenda de la historia de la solidaridad
y apoyo al pueblo saharaui la encabezó el gran poeta José Agustín Goytisolo,
junto con Javier Reverte, Emilio Sola, Ángel Alda y Fanny Rubio entre otros.
Las “Palabras que unen” me trasladaron a
retomar retazos de la historia saharaui para acercarla al público asistente a
la biblioteca municipal de la población manchega de Herencia. Estas actividades
se desarrollan en el marco de las jornadas culturales de la comunicación que
organiza anualmente la biblioteca municipal que gestionan Ana Fernández Conde y
Prado Iniesta, encargadas del proyecto “Herencia de las palabras y de la
biblioteca”. También contó esta jornada con la participación de la presidenta
de la Asociación Amigos del Pueblo Saharaui de la localidad, María José García,
el artista Jesús Romero y la profesora y activista Mercedes Romero.
Partiendo del acertado lema “Las palabras
que nos unen” centré mi charla sobre la identidad cultural saharaui y su
convivencia de un siglo con la lengua española, su cultura y literatura. Para
introducir esta amplia parte de la historia del Sahara Occidental, recordé una
antología publicada en los años ochenta con la presentación manuscrita del gran
poeta de la Generación del 27 Jorge Guillén, y con un corpus de comprometido
verso de una veintena de escritores comprometidos con la causa saharaui.
Introduciéndome al tema me acompañó la profesora Mercedes Romero recitando
poemas de la antología titulada, “Os doy esto desnudo que es mi mano” y de mi
libro “Versos refugiados”. Mercedes recitó un poema titulado “Un texto de
urgencia sobre y para el pueblo saharaui”, del poeta canario Fernando Quiñones
y “Elegía por un pueblo destruido, ayer y hoy” del poeta Manuel Conde. Poemas
que yo escuchaba y recitaba en los años ochenta y noventa en la Radio Nacional
saharaui edición lengua castellana en el programa “Poemario por un Sahara
Libre”.
Desde un espacio como esta jornada no dejé
que se me escapara la ocasión para recordar a ese grupo de intelectuales
españoles y latinoamericanos que acompañaron y siguen a la causa saharaui desde
sus inicios. Recordé a Eduardo Galeano, Jorge Guillen y Mario Benedetti entre
otros. Los saharauis decimos que el ojo y el oído, el pie y el deseo y la mano
y la boca son hermanos de padre y de madre. العين
ولوذن اخوات شقة ، ولكراع ولاخلاق اخوات شقة ، وليد ولفم اخوت شقة
en el sentido de que se tiene razón en una lucha cuando es argumentada y
apoyada su legalidad, no solamente por ti sino por otros observadores. Este es
el caso de este grupo de los 23 poetas con la causa saharaui, inspirados en la
fraternidad, la amistad, la libertad, la justicia y la paz para los pueblos
cuando se sublevan contra cualquier tipo de dominio.
Expuse durante dos horas reflexivas un
repaso del verso saharaui en su recorrido por los acontecimientos políticos y
sociales acaecidos durante estos años en el Sahara Occidental. Recordé a las
tres generaciones saharauis que produjeron un verso limpio, fijo y con especial
esplendor, que representa y describe el proceso de descolonización saharaui
desde los años sesenta y setenta hasta hoy día. Los saharauis son una sociedad
y una cultura heterogénea, afro-árabe-senhaya con un siglo de convivencia con
la cultura hispana. Dos lenguas y dos culturas coexistieron pacíficamente y
civilizadamente en el Sahara Occidental. Se oró tanto en iglesias, como en
emsid[1] y mezquitas. La darraá[2] y las corbatas casaron durante mucho tiempo.
La sociedad saharaui se mezcló con la hispana y tejió indestructibles lazos que
el paso del tiempo no ha podido desatar. La literatura de ambas culturas bebieron
una de la otra desde el verso de autor nacional clásico de las dos orillas. Las
generaciones usaron las dos lenguas sin complejos y supieron cómo proyector a
los saharauis hacía los más de quinientos millones de hablantes hispanos. El
privilegiado estado social y emancipatorio de la mujer saharaui es una realidad
entre los dos géneros sociales: El mundo reaccionario árabe ha excluido a los
saharauis por su carácter cultural aperturista y cercano al mundo occidental.
Los sabios y eruditos saharauis fueron omitidos durante el periodo colonial
porque eran la página más elocuente del pasado político organizativo
precolonial de los saharauis. La causa saharaui evidentemente es africana, como
lo anunciaba en los años setenta aquella mítica canción revolucionaria
saharaui, “Nuestra causa es africana, nuestra causa es africana y la tierra del
Sahara es invadida”. Para finalizar mi intervención, abordé el culturicidio que
practica Marruecos contra la identidad saharaui. Debemos alzar con urgencia la
voz para denunciar un atropello cultural que Marruecos está cometiendo contra
la identidad saharaui.
En síntesis estos fueron fragmentos de una
charla de dos horas, que concluyeron con algunas reflexiones, preguntas y
respuestas aclaratorias que se vertieron desde el público. No hay nada más
hermoso que la interacción de un autor y un público interesado que se
escenifica en una biblioteca, un teatro, una sala magna, debajo de la sombra de
una acacia o sobre el lomo de una duna. Jorge Guillen decía: “Con toda el alma
y con absoluta convicción me adhiero a la defensa de los derechos humanos y de
la paz; y ahora me asocio a todo movimiento que favorezca y proteja a los
desvalidos saharauis”, en Málaga a 20 de diciembre de 1982.
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[1] Recinto tradicional de la cultura
saharaui y la mauritana que las familias construyen de piedra y en forma de un
arco frente a sus jaimas para orar, tertuliar, debatir y enseñar a los niños
sus primeras letras.
[2] Vestimenta nacional saharaui de origen
africano que usa el hombre.
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