jueves, diciembre 10, 2009

La fortaleza moral y la debilidad física de Aminetu





Llegamos al aeropuerto de Lanzarote a las tres de la tarde, vimos desde el cielo la estructura de un enorme volcán apagado por el tiempo. Las montañas que se encuentran dispersas por toda la isla parecen una fiel copia de los montes de Leyuad, Lemdeismat que están en la región de Tiris, Sahara Occidental. Toda nuestra conversación giraba en torno a Aminetu, su coraje, su resistencia y la capacidad de haber puesto ante los ojos del mundo cómo un tirano viola las normas básicas y simples de la libertad y dignidad que necesita un ser humano para poder vivir y seguir siendo dueño de su conciencia y su corazón.

Cuando aterrizó el avión todos estábamos emocionados, por fin vamos a ver a la Ghandi saharaui, vamos a darle en el nombre de toda la sociedad vasca la solidaridad y el cariño que siente por su defensa de los derechos humanos y su firmeza de seguir luchando por sus convicciones hasta el final.

Nos adentramos en el aeropuerto, hasta el lugar donde esta La Plataforma de Solidaridad con Aminetu Haidar, cogimos el libro de firmas y dejamos nuestro apoyo estampado en el papel. Los turistas iban llegando y observaban con curiosidad los carteles con el rostro dibujado de la Heroína de la Libertad. Empezaron los saludos entre lágrimas de tristeza y alegría porque sabíamos que ella seguía luchando entre la vida y la muerte por su dignidad y por la dignidad de todo el pueblo saharaui.

Bajamos hacia la carretera y con nuestro cuerpo dibujamos su nombre, luego nos cogimos las manos y juntos gritamos la palabra libertad. Al final leímos poemas del libro EL AAIUN, GRITANDO LO QUE SE SIENTE.

El ajetreo de la gente, de los periodistas en busca de la última noticia y la llegada del juez y el médico para persuadir Aminetu para que abandone la huelga de hambre, nos pareció una presión intolerable.

Zapatero decía que su gobierno había hecho lo posible para que Aminetu vuelva a su casa y que no podía renunciar a las buenas relaciones de vecindad con Marruecos, mientras el ministro de exteriores Marroquí seguía inmerso en el discurso de las pateras, el terrorismo y la inmigración ilegal, Moratinos nos recordaba que tenemos que velar por nuestra seguridad y que el reino alauí esta solo a catorce kilómetros.

El actor Willy Toledo, el arquitecto Fernando Peraíta y la abogada Inés Miranda seguían luchando frente a los medios de comunicación, al gobierno y a la justicia para que se respete la voluntad de Aminetu de mantener el ayuno hasta que pueda reunirse con sus hijos y su madre en El Aaiun.

Mientras nosotros seguíamos mirando su rostro, buscando sus huellas y siguiendo los acontecimientos sin poder cambiar nada en un mundo que prefiere plegarse al chantaje de un sátrapa, frente al coraje de una madre que lucha por su dignidad y la dignidad del pueblo saharaui. Qué triste me sentí ante esta terrible injusticia y de que sirven los derechos humanos si no devuelven el sentimiento humano a las personas. Qué atropello a la moral, a la inteligencia, al progreso y a todos nosotros sino somos capaces de reparar la arbitrariedad y la soberbia.

Nervioso, triste, emocionado e incapaz me sentí cuando observé la fortaleza y la belleza infinita que hay en sus ojos, jamás había visto en toda mi vida un cuerpo tan frágil y un espíritu tan libre. Saqué de la mochila los libros de poesía después de abrirla y cerrarla varias veces buscando un bolígrafo. Había un poema que escribí en papel marrón con su rostro titulado La Heroína de La Libertad. Todo se lo entregué y me sentí por un instante aliviado porque pude ver su pequeño cuerpo, sus menudas manos y la luz de esperanza que nace y termina en su rostro.

Antes de salir volví a dirigir mi mirada por última vez hacia su cara y en sus ojos encontré el mapa de la libertad que perdí cuando me desterraron, al igual que a ella, en una mañana gris en la que perdimos la inocencia de la vida.


Ali Salem Iselmu, Generación de la Amistad saharaui







4 comentarios:

Gracia Iglesias dijo...

Amigos saharauis, muchos españoles (la mayoría diría yo) estamos convosotros, con vuestra lucha, con vuestra justa causa y, ahora, con la valiente Aminetu. Aunque los gobiernos Españoles, uno tras otro, se hayan equivocado y sigan haciéndolo al dar la espalda al problema del Sahara ocupado, la sociedad civil pide a gritos que se pongan soluciones ya. ¡Ánimo Aminetu! ¡resiste y vive para que podamos conservar la esperanza de que es posible un mundo mejor y más libre!

Francisco O. Campillo dijo...

Alí Salem
Nos conocimos ahora hace un año en Vitoria-Gasteiz, cuando yo viajé hasta allí para entrevistar a Hmad Hammad. Al final, tuvimos una conversación que aún recuerdo.
Ahora es Aminetu quien tiene que encontrar su camino a la vida.
Un abrazo solidario, hoy más que nunca.

Camino a Gaia dijo...

La grandeza de una nación no ha de medirse por la dignidad que es capaz de destruir, sino por la dignidad que es capaz de respetar. A veces, una sola persona es capaz de mostrar mas dignidad que un país, mas nobleza que un rey, mas grandeza que un imperio. Aquellos que esperan ser temidos por su poder, temen que la verdad de su miseria, supere los confines de su dominio. Esa es la razón de la tortura, de la mentira, de la persecución y de la ignominia. Pero no pueden escapar de una extraña ley que atañe a todo lo que es hermoso. Aquella belleza que destruyen, aquella dignidad que persiguen, muere en su propio ser cada vez que asestan un golpe.

Anónimo dijo...

Zorionak Alí!
Muy emocionante lo que narras.
Aminetu etxera! Sahara Askatu!José