Fuente: Haz lo que debas. El sábado 15 de octubre tuvo lugar la
Conferencia “Todos nacimos en el Mediterráneo”, donde se pudieron escuchar los
testimonios del dramaturgo y actor Marco Magoa y la iraní Shiva Roofeh. Se
habló sobre el drama de los refugiados, con un recital de poesía refugiada
cargo de los poetas saharauis Zahra Hasnaui y Bahia Mahmud Awah. Fue además
presentada la antología “Refugiados”, editada por Playa de Ákaba. La actividad
se encuadró dentro del Festival Getafe Negro, el festival de novela negra que
estos días vive su novena edición y se celebra en Getafe.
La conferencia estuvo moderada por Elías
López de la Nieta, editor de Playa de Ákaba. Comenzó su intervención Marco
Magoa, dramaturgo, actor y director, fundador de la compañía de teatro 4M. Hace
doce años empezó a estudiar árabe y viajaba a países árabes en verano. En 2010
marchó a vivir a Egipto, allí vivió la Primavera Árabe, después los diferentes
gobiernos y el golpe de estado. Llegó más tarde la guerra de Siria, donde había
vivido dos meses. La tragedia del Mediterráneo le llevó a escribir una trilogía
que hablara sobre todas aquellas muertes. Estrenó la primera, “El cielo y yo”,
en Jordania; la segunda, “Nada”, en Egipto; la tercera, “Mare Nostrum. Finis
Somia Vestra”, en forma de monólogo que él mismo interpreta, sobre los
supervivientes y su experiencia en el campo de refugiados de Zaatari, en Jordania,
considerado el segundo más grande del mundo, calificado como “una cárcel o un
campo de concentración”, donde hay que pedir muchos permisos para entrar y de
donde es muy difícil salir.
“Europa está dormida y necesita despertar”,
afirmó Marco. La situación en el campamento “es una especie de limbo o
paréntesis, donde no existe el tiempo, no hay un hoy ni un mañana”. Según el
autor “Esta situación nos toca el alma pero al final estamos dormidos”. Aun
así, Marco quiso ofrecer un mensaje de esperanza, destacando el afán por
estudiar de los jóvenes que están allí, “van a salir escritores, dramaturgos,
de esta situación va a salir creación”. En cuanto a la forma, la obra tiene “un
tono épico, influida por los clásicos griegos”.
A continuación Elías López entabló una
charla con Shiva Roofeh, refugiada iraní, está fuera de su país desde los
cuatro años. De madre judía y padre musulmán, “lo que es ilegal en mi país”, su
familia tardó diez años en poder salir de Irán. Primero vivieron en Italia y
más tarde en Nueva York. “Lo más fácil para nuestro orden y tranquilidad es
etiquetar a las personas, lo hacemos superficialmente, sólo nos fijamos en lo
más obvio: la piel, el idioma, la forma de vestir”. Shiva denunció que no nos
enseñan a mirar “al otro”, ni la familia, ni los medios, ni el colegio. “Nadie
enseña a centrarnos en lo que tenemos en común los seres humanos, sino en las
diferencias”. Para Shiva hay tres niveles: lo universal, lo que todos los seres
humanos tenemos en común (comer, dormir, la familia, el amor por los nuestros);
lo cultural, lo que tienen en común un grupo pero que no tienen con otro grupo;
lo personal, los valores propios, que no son de tu cultura. El papel de la
literatura en todo esto es según Shiva “interpretar lo fundamental”. La lectura
“es una llave a otros mundos, nos hace entender otras formas de ser
diferentes”. Shiva finalizó su intervención señalando que gracias a la
literatura se puede adquirir una cultura global “da capacidad de empatizar con
el otro”, concluyó.
A continuación los escritores saharauis
Zahra Hasnaui y Bahia Mahmud Awah, integrantes del grupo Generación de la
Amistad Saharaui ofrecieron un recital de su poesía en español, “La dureza del
exilio nos ha convertido en escritores”. Los escritores saharauis recordando que
los refugiados saharauis llevan cuarenta y un años en el exilio, con un pueblo
separado por el muro marroquí de la vergüenza y esperando a que se cumplan las
resoluciones de Naciones Unidas. Zahra Hasnaui explicó que “el refugiado llega
con un enorme drama y un bagaje cultural propio, a los que se van uniendo
diferentes emociones, pero siempre queda la nostalgia de la tierra”. El
exiliado, el refugiado, cuando pasan los años “llega a preguntarse ¿quién
soy?”, afirmó. Los poetas saharauis también quisieron dejar un mensaje de
esperanza, la esperanza en que “llegue nuestro día”, “se acerca lento pero
viene”.
Luisa Gil es coautora del proyecto
“Refugiados” editado por Playa de Ákaba, un proyecto de literatura solidaria
Refugiados, una antología de relatos breves y poemas. Gil presentó el libro,
recordando que hay amparo legal para los refugiados aunque a veces no lo
parezca, y se preguntó “¿qué hay detrás del corazón de los ciudadanos?”. En la
antología se han fijado en el niño, en el hombre que tienen que cambiar su vida
de la noche a la mañana. Con el libro pretenden dirigirse a una sociedad que
debe abrir los ojos al problema de los refugiados. Tomaron la palabra varios de
los autores presentes en la antología, quienes leyeron fragmentos de su obra.
Con las palabras de Ana Vigo, Kandu Banna, Jesús de Matías Batalla, Ignacio J.
Dufour, Paz Martín-Pozuelo o Josefa Molina, entre otros finalizó el acto.
Como resumen de todo lo escuchado me quedo
con las palabras de una de las autoras de la antología Refugiados “enfrentarse
a la decisión más dura: partir para vivir”.
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