El pasado 25 de octubre, mientras estaba
en Barcelona, recibí una llamada de la editora de mi libro “El sueño de
volver”, informándome que se acababa de imprimir la segunda edición, después de
agotarse la primera, tras su presentación en la Feria del Libro de Madrid 2012,
y un largo itinerario que recorrió varias ciudades como Barcelona, Granada,
Madrid, Zaragoza o San Sebastián.
Mi alegría fue enorme al saber que de
nuevo “El sueño de volver” vuelve a ocupar estrados y escenarios para que los
lectores tengan otra oportunidad de leer y escuchar las historias inéditas que
vierto con amor, desde nuestra realidad, en este libro de ensayo y estudio. La buena
noticia la celebré el pasado jueves 31 de octubre en la editorial CantArabia, ubicada
al lado de la céntrica arteria madrileña de la Gran Vía, en la calle Marqués de
Valdeiglesias. Me uní a la editora y algunos amigos, pensando en los que no han
podido tener la ocasión de adquirir el libro, y en especial en aquellos que
muchas veces nos conciben erróneamente, imaginándonos de manera desafortunada en
su ficción literaria, por no documentarse correctamente y no dirigirse a
nosotros. También pensé en los lejanos autores de las bibliografías coloniales,
que escribieron sus obras sin contar con los saharauis.
Curiosamente esta fecha, 31 de octubre,
fue el preludio del largo exilio saharaui, después de que la potencia
colonizadora española dejara la tierra a merced de los invasores, a raíz de su apocado
y precipitado abandono. Aquel fue el inicio de la ocupación a través de la
tristemente llamada “Marcha Verde”, planificada y ejecutada el 31 de octubre de
1975 por anacrónicos políticos, dictadores y monarcas, en Madrid, Rabat y
Paris. Estos son algunos de los dolorosos pasajes de las historias que aparecen
en algunos capítulos del libro, rescatados de mi memoria, lejos de la ficción
literaria, sí mezclados con hermosos retazos de la historia saharaui, desde el verso
y la prosa, escritos por aquella luminosa “Generación del 73 saharaui”.
Y en mi caso este libro, en el que una
generación sigue soñando en volver a su tierra, nació porque es el fruto de una
conciencia, adquirida a lo largo de estos años en el camino de un proceso inconcluso
de descolonización. El destino me llevó, para contarlo, a vivirlo y conocerlo
desde niño.
Como dijo la poeta estadounidense Emily
Dickinson: “No hay mejor fragata que un libro para llevarnos a tierras
lejanas”.
Bahia Mahmud Awah
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