Fuente:
BahiaAwah.net
A menudo
cuando recordamos nuestras vivencias del exilio o la de otros personajes que de
una u otra manera pasaron desapercibidos con sus reflexiones literarias
conmovidos por las extrañas circunstancias del destierro o el exilio.
Recordándolos siempre nos viene a la mente el pensamiento del intelectual
palestino-estadounidense Edward Said. En la misma sensación producida por
el exilio mi madre desde su definitivo destierro en Argelia que empezó desde
1979 hasta su fallecimiento en 2006 reflexionaba en verso sobre la lejanía y la
condición de desterrada en estos versos: “Oh corazón, /basta ya de aguantar /y
no dejas de resistir”.
“Said hizo
su reflexión sobre el exilio desde la ciudad de Nueva York y decía: “allí
llegaban los irlandeses, italianos, judíos no judíos del este de Europa,
africanos, caribeños, y gentes del Próximo o Lejano Oriente”. Este
repertorio de gentes según Said causó lo que él llamó en su obra Orientalismo “narraciones
expatriadas”.
Mi madre
Jadiyetu Embarec Fal a diferencia en género de Said, también ella escribió
reflexionando en “versos expatriados”, como estos que reproduzco y que compuso
en 2003 acampada por primera vez y en circunstancias limitadas en tiempo con su
jaima en una parte de los territorios liberados saharauis. Estuvo dos
meses sintiendo la libertad lejos de las desgarradoras condiciones del exilio
en un monte llamado Gleib Eshaar, “El monte de la Lana”, lugar de la geografía
del territorio saharaui situado en la región de Zemur.
متارك كافي يلعكل امن اصبر منو مانك
تمشي من عند اكليب اشعر شوراخيام اهل امبارك
Oh corazón,
basta ya de aguantar
y no dejas de resistir.
Libre transitas
entre el monte Gleib Eshaar
y las jaimas de Ahel Embarec.
الطافلات الجاونا من منطقتنا و الهاونا
بيهم ياالله اتزدنا بكهولتنا و اشبابنا
و الرجوع المواطنا
Mozas nos visitan
desde la patria Oeste
Y nos alegran el ama.
Dios de su ejemplo
da a nuestros ancianos
da a nuestros jóvenes
y Dios que pronto retornaremos
a nuestra patria.
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