Hace treinta y nueve años, cando apenas tenía siete, fui obligado
a abandonar mi casa, como a miles de saharauis. Pasado mañana se cumple un
aniversario más de los que se conocieron como los “Acuerdo Tripartitos de Madrid”
una farsa mediante la cual España, se lavó vergonzosamente las manos,
entregando la que fuera su provincia número 53, el entonces Sáhara Español a
Marruecos y a Mauritania.
España traicionó al pueblo saharaui y lo abandonó sin darle la
posibilidad de elegir su destino como se había comprometido.
De esta forma y violando todas las resoluciones de Naciones Unidas
que exigían la celebración de un referéndum de autodeterminación y el dictamen
del Tribunal Internacional de Justicia que había sentenciado que no había
ningún vínculo de soberanía entre el Sahara Occidental y sus vecinos Marruecos
y Mauritania, se consumó la invasión y ocupación militar del Sahara Occidental
y comenzó el éxodo del pueblo saharaui y su odisea de supervivencia que
continúa hasta nuestros días.
Tras una guerra de dieciséis años se llegó a un acuerdo de alto el
fuego y el comienzo de un proceso de paz, creándose la MINURSO para la
celebración de un referéndum de autodeterminación en un plazo de seis meses.
Sin embargo desde entonces hasta hoy han pasado 23 años y el pueblo saharaui
aún no ha podido ejercer su derecho a la autodeterminación.
El reino de Marruecos ha hecho todo lo posible para impedirlo.
A lo largo de casi cuarenta años ha intentado extinguir a los
saharauis, desde los bombardeos en los primeros años de la guerra con napalm y
fósforo blanco hasta la eliminación física de cientos de personas, con sus
criminales métodos de tortura y opresión. Personas enterradas vivas o lanzadas
desde helicópteros en vuelo, eran parte de sus armas para acabar con la
población saharaui. Se ha podido documentar la muerte de cientos de saharauis
en centros de tortura clandestinos, sin embargo hasta hoy nada se sabe de más
650 desaparecidos saharauis a manos de las fuerzas de ocupación marroquíes.
Las zonas ocupadas siguen sufriendo la represión diaria de las
fuerzas de seguridad marroquíes, violando los más elementales derechos humanos
sin que la Misión de Naciones Unidas pueda intervenir. Marruecos con el apoyo
de España y Francia, sigue impidiendo que la MINURSO pueda encargarse de la
vigilancia de los derechos humanos en el Sáhara Occidental, como lo hacen todas
las misiones de paz de la ONU en el mundo.
Marruecos sigue saqueando los recursos naturales de Sáhara
Occidental en contra de la legalidad internacional y de las resoluciones de
naciones unidas que determinan que la explotación de los recursos de un
territorio no autónomo no puede realizarse sin el consentimiento de la
población de dicho territorio.
Los fosfatos saharauis generan para Marruecos miles de millones de
dólares cada año, en sus ilegales contratos con empresas de diferentes partes
del mundo. Los tomates, la pesca, el petróleo, la arena, son los valiosos
recursos saharauis que sigue explotando Marruecos, mientras los saharauis viven
en la miseria en las ciudades ocupadas o de las ayudas humanitarias, que llegan
de diferentes partes solidarias del planeta, en los campamentos de refugiados.
Nuestra lucha continúa a pesar del alto el fuego, nuestra lucha se
mantiene por otros caminos, por otras vías pero con el mismo objetivo un Sáhara
totalmente independiente y soberano.
Este libro que presentamos esta tarde es parte de esos caminos de
lucha, la lucha cultural para llevar el mensaje de nuestro pueblo, para dar a
conocer nuestra justa causa.
La poesía de los autores que integra esta antología, relata, describe
y denuncia ésta situación a la que anteriormente me refería. Cada verso de este
libro tiene la intención de llegar a los corazones, a los sentimientos del
mundo para depositar un mensaje de paz y emoción.
Los once autores pertenecientes al grupo de poetas de la
generación de la amistad saharaui, hablan sobre todo de la falta de libertad,
de la falta de paz, hablan de la guerra, del exilio, de la locura, de las
torturas, de la oscuridad de una celda, de los gritos en la noche, de las
pesadillas entre almohadones de piedra.
Esta poesía es un grito de rabia, unas manos que claman al cielo,
unos ojos que miran con tristeza, y sin embargo también es una poesía llena de
sueños y de esperanzas, es una poesía que partiendo de la aridez de una
realidad prolongada, mira directamente al frente, oteando el horizonte,
sembrando las semillas de un futuro de esplendor y de libertad.
Quisiera terminar leyendo un pequeño poema que forma parte de esta
antología y con el que quiero dejar en homenaje nuestra profunda estimación y
reconocimiento a tantos uruguayos que ya no están entre nosotros, pero que nos
han acompañado a lo largo de muchos años en esta lucha.
Entre muchos que fueron amigos de nuestra causa voy a mencionar a los
cancilleres de la República Héctor Gros Espiell, primer representante especial
del secretario general de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, y a
Reinaldo Gargano, el canciller que firmó el reconocimiento a la República
Saharaui, al oficial uruguayo de la MINURSO, Gary Benavides y a los que
estuvieron al borde de dejar su vida en el Sáhara, al poeta Mario Benedetti, al
antropólogo Renzo Pi y en especial a María Elisa Raymundo, Marisa, fundadora de
la Asociación Uruguaya de Amistad con la República Saharaui, que hasta los
últimos instantes de su vida estuvo defendiendo y enarbolando la bandera de la
causa y la libertad del pueblo saharaui.
Este pequeño poema le gustaba mucho a Marisa.
LA CIUDAD
DEL VIENTO.
Hoy tu nombre llueve
sobre la ciudad del sur
y tus manos de barro
se disuelven en el agua.
Tus huellas de tormenta
avanzan guiando por el mar
de arena a viejos barcos
que anclaron los sueños
en las riberas del río.
Hoy tus ojos y tus pasos
siguen el ritmo que marca
la sonrisa de la mama vieja
y las olas del candombe.
Esta noche tu cuerpo será
el tambor que anuncie
las llamadas de fuego
en la ciudad del viento,
esta noche tu cuerpo
será mi bandera,
será mi resguardo,
esta noche tu cuerpo
será mi alimento.
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