jueves, mayo 10, 2007

Instintos de los bisabuelos en un joven saharaui (II parte)



Esta raza de dromedarios de una joroba es la más pura de todas las conocidas en otras partes del continente africano, Australia o en la península arábiga. Son altos, elegantes, con muy poco pelo, que suelen cambiar en cada estación del año. Suelen tener la cabeza muy pequeña y con las orejas bien afiladas. El rabo es de un pelaje fuerte, liso, de color castaño, oscuro o blanco según el color del dromedario.

El color abiad y ashaal es decir blanco y castaño son muy distinguidos como dromedarios de montura o de carreras y deben ser castrados para tener poca tripa y ser más ágiles y cómodos. Son fáciles de domar.

Los nómadas diferencian estos colores de piel y tonalidades para facilitar al buscador de camellos, deyar, la búsqueda e identificación de los dromedarios cuando se pierden. Son referencias junto con la edad a la hora de preguntar y seguir su pista.

Shaala, de color castaño con las patas blancas. Ashaal para el macho y shaala para la hembra.
Zarga de piel manchada en blanco y oscuro o marrón o tardo, además hay varios tonos para ese color. Se dice “mi dromedario es Azrag en tono tal”.
Safra de color de la duna o tostado.
Dajna de color gris.
Gzala del color de la gacela, un beige.
Sabii de un color como rubio.
Hmami de color gris perla.
Ashgar entre ocre y marrón suave.
Beida totalmente de color blanco
Sauda o asuad de color oscuro o negro.


El macho bravo no castrado y en periodo de celo se llama Leguud. Entra en periodo de celo justo en la estación del otoño. Los dueños suelen castrarle cuando es peligroso o ha matado a otros en peleas. Produce un berrido llamado lehdir que para muchos es la “banda sonora” del desierto, llena de alegría a los dueños y tantas veces es motivo de inspiración para los poetas. Se aconseja no insultarle porque según muchas historias y leyendas de pastores y dueños de esos animales guardan el rencor y se vengan de quien le haya insultado o pegado cuando uno menos lo piensa. Entre los beduinos se cuenta muchas historias de esas venganzas que fueron historias realmente trágicas para muchos nómadas.

El macho puede preñar las hembras a partir de la edad de Eydaa, cuando tiene de tres a cuatro años, pero no es aconsejable en tiempos de sequía, por no tener mucha experiencia que hace que a veces se separen de su manada y se unan a otra que no es de propiedad de su dueño. En un macho de más edad y experiencia esto no ocurre, nunca se separa de su manada.

La hembra se denomina Naga pero también se la nombra según su estado de gestación. Jelfa se le dice en ese periodo de lactancia antes de volver a ser preñada y al quedar preñada se le llama Eshra o emgarrab. Esta denominación es hasta los siete meses de gestación, cuando le crecen las ubres mientras la cría va creciendo en su vientre. A los doce meses de gestación nace lehuar, el camellito. Majed es la hembra a punto de parir. Cuando llega ese día se separa de su rebaño y se esconde lejos, en un lugar solitario, hasta parir su huar.

También me habló Yahya de los periodos estacionales en los que el dromedario resiste sin abrevar. Los veranos en el desierto son extremos, el animal suda mucho por estar expuesto durante toda la jornada al sol, lo que le provoca serias pérdidas del gran volumen de agua que almacena, calculada en 200 litros aproximadamente. No todos tienen la misma resistencia durante esa estación.

A partir del 17 de mayo hasta el 21 de agosto el agua beneficia con las yerbas a la hembra Naga. Sin embargo ingerir agua durante ese periodo produce desgaste y pérdidas de peso en las otras edades y machos. A este tiempo de desgaste para los dromedarios se le conoce con un término dado por los pastores, elhaya metmaharga.

En pleno verano las temperaturas oscilan los 52º, lo que es conocido entre los nómadas como tlu smallem unas constelaciones que se ven en el firmamento indicando el peor momento de calor. En esta estación sólo pueden resistir sin tomar agua de diez a once días Azal y Lemgarrab, el macho castrado para montura y la hembra preñada. Pero entrado agosto Azal y el Eshra no resisten sin tomar agua al menos cada dos días. Y de seis a siete días aguantan sin abrevar los lechales lemjala, sus madres lactantes y los machos bravos.

Los nómadas tienen su diccionario propio para referirse a situaciones concernientes a la vida de los dromedarios. Cuando el ganado está en el límite de aguante de sed se dice elbil damia o elbil gaba, es decir “el ganado está por abrevar”. Y si ha saciado la sed completamente se dice elbil sharba.

En esta estación del calor se intenta que el ganado no coma un arbusto llamado ascaf, planta con un alto contenido de sodio que le produce mucha sed y le causa una inflamación en el paladar conocida como tahalí que le obstruye la garganta.

Otras enfermedades conocidas de estos animales son: iyrab, enfermedad dérmica; iram, enfermedad de la ubre; nhaz, tuberculosis; tadrafut, un grano que le sale en las mamas de las hembras jóvenes llamadas bacra; burueis inflamación en la cabeza por pasar mucho tiempo con la cabeza agachada buscando yerbas finas. Para enfrentarse a este reto entre los habitantes del desierto siempre hay grandes sabios que conocen estas enfermedades y las tratan como veterinarios sin que hayan estudiado en universidades ni colegios.

Siempre he tenido especial amor por el dromedario porque si cualquiera de nosotros los saharauis que quiere alegrar el alma de su abuelo sabe como arrancarle la sonrisa hablándole de un ymal, guud, naga o de elbil (rebaño de camellos), hermoso por las yerbas del otoño.

Este recuerdo es un homenaje a todos ellos y en especial a tres dromedarios que fueron parte de la historia de mi familia: a Zerual un dromedario de montura que regalo mi tío a mamá, a Arumay un macho bravo que tuvo mi abuelo Omar y Zreiga una naga de la que tomé de pequeño su rica leche.

*Foto: dromedarios en El Aaiun ocupado
Bahia Mahmud Awah

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