sábado, marzo 10, 2012

Sukeina Aali Taleb en la mesa redonda "La cultura como resistencia" en la Sala Cuarta Pared


Resistencia, cultura, revolución: el ejemplo saharaui
Lola Blasco – laRepúblicaCultural.es  10 de marzo de 2012
El jueves 8 de Marzo en la madrileña sala Cuarta Pared, tuvo lugar la mesa redonda La cultura como resistencia: el conflicto saharaui a través de las manifestaciones culturales en la que participaron; Sukeina Aali-Taleb, Julio Castro, Eduardo Pérez-Rasilla y José Taboada. Antes de entrar en la sala, algunos comentábamos, en este ambiente apocalíptico que estamos viviendo, si lo que estamos haciendo es lo que querríamos hacer en caso de que el mundo se acabara mañana; nuestra presencia ayer en el teatro, debatiendo cuestiones acerca de este conflicto del que, como españoles, fuimos y somos parte, deja claro el pensamiento general de los participantes de aquel encuentro: ahora, más que nunca, hay que creer que los cambios son posibles.
Y he de decir que no éramos muchos, pero resistíamos, al fin y al cabo, el hecho de que la reunión se diera en un teatro es ya una forma de resistencia que nos habla de personas, ciudadanos, que están comprometidos en la vida social. Castro, que moderaba la mesa, comenzó hablando de cómo la cultura ha sido crucial en la difusión de este problema, que de forma más o menos evidente, ha sido acallado por los sucesivos gobiernos democráticos.
La primera intervención a cargo de Sukeina Aali-Taleb, se centró en la importancia de preservar la cultura saharaui, no sólo conservando la cultura tradicional, sino también favoreciendo la cultura contemporánea de este pueblo. Hizo hincapié en la presencia del español (junto al hassaní) como lengua vehicular en los campos de refugiados. Por lo que, en representación de la Generación de la Amistad, realizó una llamada de atención hacia el Instituto Cervantes pidiendo que, dicha institución, tenga presencia en los campamentos.
Por su parte, Pérez-Rasilla habló del teatro como un arte político inmediato en el que los intérpretes se exponen ante el público poniendo en riesgo sus cuerpos, sus voces, sus ideologías… Incidió en la presencia del actor y del discurso político teatral y su capacidad para crear tensiones con las instituciones y los gobiernos.
Por último, José Taboada, habló de la dignidad del pueblo saharaui y la necesidad de compromiso por parte del pueblo español para con este asunto. Taboada mencionó la deuda y la relación que nos une a los saharauis. De forma emotiva nos recordó cómo este pueblo fue abandonado por España a un genocidio seguro.
Si hubo una idea de la que todos participaron, fue la de la importancia de la cultura como forma de dar voz a aquellos que no la tienen, la cultura como resistencia. Como dice Peter Weiss: la revolución y la resistencia son, prácticamente, la misma cosa. Dicho queda.

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