miércoles, julio 03, 2024

Diplomacia Cultural: Embajada de Ghana en España promueve obra del escritor saharaui Bahia Mahmud Awah

 


DiplomaciaCultural: Embajada de Ghana en España promueve obra del escritor saharaui BahiaMahmud Awah

Embajador de Ghana en España organiza acto para  la “presentación del libro “Mi madre, mi maestra: Memorias del Sáhara Occidental" , del escritor Bahia Mahmud Awah.

SPS, 01/07/2024

Madrid (España), 2 de julio de 2024 (SPS)-  - En un esfuerzo por fortalecer la identidad e historia africana a través de la literatura, la embajada de Ghana en España organizó en Madrid un evento para promover la literatura saharaui como parte del rico patrimonio africano . El acto “Foro para la Diplomacia y Sociedad Civil del s.XXI, celebrado en la histórica sede de la “Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País”, sirvió como plataforma para la presentación del libro "Mi madre, mi maestra: Memorias del Sáhara Occidental”, del escritor y poeta saharaui D. Bahia Mahmud Awah.

Un Evento de Alto Nivel Diplomático y Académico

El evento contó con la participación de distinguidas personalidades del cuerpo diplomático acreditado ante el Reino de España y académicos. Presidido por el Embajador de la República de Ghana, D. Muhammad Adam, y el Director del Foro Diplomacia y Sociedad Civil, D. José Luis Yzaguirre, el acto reunió a expertos que ofrecieron una profunda perspectiva sobre la obra y su relevancia para dar a conocer la lucha del pueblo saharaui y su aporte al rico patrimonio literario africano. Se hizo hincapié en la importancia de promover la presencia de escritores africanos a nivel internacional para contrarrestar el relato neocolonialista y presentar la realidad africana contada por sus propios hijos.

Presentación del Libro

El libro "Mi madre, mi maestra: Memorias del Sáhara Occidental" y su versión en inglés "My Mother, My Teacher: A Memoir from Western Sahara", traducido por la profesora Dorothy Odartey-Wellington, fue el eje central del evento. La obra es una memoria sobre la vida colonial y poscolonial en el Sáhara Occidental. Publicada por primera vez en 2011 como “La maestra que me enseñó en una tabla de madera”, esta edición incluye un nuevo epílogo del autor que presenta más recuerdos de su madre y ejemplos de su poesía tradicional y revolucionaria, utilizando un hilo conductor muy íntimo para abordar la historia del pueblo saharaui y su justa lucha contra el colonialismo europeo y la ocupación del régimen marroquí.

Para el Embajador de la República de Ghana, la presentación de este libro implica un doble orgullo: en primer lugar, porque el autor es africano y, en segundo lugar, por la colaboración entre escritores saharauis y ghaneses para que la obra llegue a un público lector global. El diplomático ghanés no dejó pasar la oportunidad para reconocer la trayectoria y aportación del escritor y poeta saharaui al patrimonio literario africano. Mencionó que la implicación de la prestigiosa editorial “Modern Language Association of America” (fundada en 1883) es un reconocimiento a Bahia Mahmud Awah como un escritor africano y saharaui de renombre en la diáspora.

Por su parte, el autor D. Bahia Mahmud Awah inició su intervención recordando el compromiso africano con el pueblo saharaui y el firme posicionamiento a favor de la liberación del último territorio africano bajo ocupación. También hizo mención a las relaciones que unen a Ghana y la RASD, señalando que Ghana fue el primer país en lograr su independencia y que el Sáhara Occidental es el último que aún sigue luchando por ella. En relación a la obra, el escritor saharaui explicó que la elección de Jadiyetu Men Omar no es más que un argumento para, a través de las vivencias más íntimas de una figura anónima, contar la historia de todo el pueblo saharaui en su larga travesía revolucionaria anticolonial. El libro recoge las etapas abarcadas desde el colonialismo español hasta la etapa final y de paz definitiva en el exilio en Argelia.

El evento también contó con intervenciones de académicos de renombre que aportaron sus conocimientos y reflexiones sobre la obra: el Prof. Justo Bolekia Boleká, escritor y académico correspondiente de la Real Academia Española en Guinea Ecuatorial y profesor en la Universidad de Salamanca, destacó la importancia de la literatura africana en la construcción de una identidad cultural sólida y reconocida a nivel mundial; el Prof. Juan Carlos Gimeno Martín, profesor en la Universidad Autónoma de Madrid y buen conocedor de la cultura saharaui, resaltó la labor de los escritores saharauis y la rica cultura del pueblo saharaui, así como su papel en la lucha anticolonial; y la Prof. Dosinda García-Alvite, profesora en Denison University, Estados Unidos, subrayó la importancia de la literatura como medio para dar a conocer la lucha de los pueblos oprimidos y preservar su memoria histórica.

Este foro no solo destacó la riqueza de la literatura africana contemporánea, sino que también promovió un diálogo intercultural y un mayor entendimiento de la historia y las experiencias africanas. La iniciativa de la embajada de Ghana en España es un paso hacia la visibilidad y el reconocimiento de los escritores africanos y sus historias, especialmente aquellos que residen en Europa.

La "Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País" proporcionó el escenario perfecto para este encuentro, simbolizando una unión entre la historia y la modernidad, así como un espacio para la reflexión y el aprendizaje mutuo.


La Embajada de Ghana en España promueve la obra del escritor saharaui Bahia Mahmud Awah

Contramutis / 2 de julio de 2024

Mi madre, mi maestra: Memorias del Sáhara Occidental” es una memoria sobre la vida colonial y poscolonial en el Sáhara Occidental.

Para fortalecer la identidad e historia africana a través de la literatura, la embajada de Ghana en España promovió la literatura saharaui como parte del rico patrimonio africano en el acto “Foro para la Diplomacia y Sociedad Civil del siglo XXI, en el que se presentó el libro «Mi madre, mi maestra: Memorias del Sáhara Occidental”, del escritor y poeta saharaui Bahia Mahmud Awah, informa la agencia Sáhara Press Service.

El evento, celebrado en la histórica sede de la “Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País”, contó con la participación de personalidades del cuerpo diplomático acreditado en España y académicos.

Presidido por el Embajador de la República de Ghana, Muhammad Adam, y el Director del Foro Diplomacia y Sociedad Civil, José Luis Yzaguirre, el acto reunió a expertos que ofrecieron una perspectiva sobre la obra y su relevancia para dar a conocer la lucha del pueblo saharaui y su aporte al rico patrimonio literario africano. Se hizo hincapié en la importancia de promover la presencia de escritores africanos a nivel internacional para contrarrestar el relato neocolonialista y presentar la realidad africana contada por sus propios hijos.

La vida colonial y poscolonial en el Sáhara Occidental

El libro “Mi madre, mi maestra: Memorias del Sáhara Occidental” y su versión en inglés “My Mother, My Teacher: A Memoir from Western Sahara”, traducido por la profesora Dorothy Odartey-Wellington, fue el eje central del evento.

La obra es una memoria sobre la vida colonial y poscolonial en el Sáhara Occidental. Publicada por primera vez en 2011 como “La maestra que me enseñó en una tabla de madera”, esta edición incluye un nuevo epílogo del autor que presenta más recuerdos de su madre y ejemplos de su poesía tradicional y revolucionaria, utilizando un hilo conductor muy íntimo para abordar la historia del pueblo saharaui y su justa lucha contra el colonialismo europeo y la ocupación del régimen marroquí.

Para el Embajador de la República de Ghana, la presentación de este libro implica un doble orgullo: en primer lugar, porque el autor es africano y, en segundo lugar, por la colaboración entre escritores saharauis y ghaneses para que la obra llegue a un público lector global. El diplomático ghanés no dejó pasar la oportunidad para reconocer la trayectoria y aportación del escritor y poeta saharaui al patrimonio literario africano. Mencionó que la implicación de la prestigiosa editorial “Modern Language Association of America” (fundada en 1883) es un reconocimiento a Bahia Mahmud Awah como un escritor africano y saharaui de renombre en la diáspora.

Por su parte, Bahia Mahmud Awah inició su intervención recordando el compromiso africano con el pueblo saharaui y el firme posicionamiento a favor de la liberación del último territorio africano bajo ocupación. También hizo mención a las relaciones que unen a Ghana y la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), señalando que Ghana fue el primer país en lograr su independencia y que el Sáhara Occidental es el último que aún sigue luchando por ella. En relación a la obra, el escritor saharaui explicó que la elección de Jadiyetu Men Omar no es más que un argumento para, a través de las vivencias más íntimas de una figura anónima, contar la historia de todo el pueblo saharaui en su larga travesía revolucionaria anticolonial. El libro recoge las etapas abarcadas desde el colonialismo español hasta la etapa final y de paz definitiva en el exilio en Argelia.

También intervinieron académicos de renombre, que aportaron sus reflexiones: Justo Bolekia Boleká, escritor y académico correspondiente de la Real Academia Española en Guinea Ecuatorial y profesor en la Universidad de Salamanca, destacó la importancia de la literatura africana en la construcción de una identidad cultural sólida y reconocida a nivel mundial; Juan Carlos Gimeno Martín, profesor en la Universidad Autónoma de Madrid y conocedor de la cultura saharaui, resaltó la labor de los escritores saharauis y la rica cultura del pueblo saharaui, así como su papel en la lucha anticolonial, y Dosinda García-Alvite, profesora en Denison University, Estados Unidos, subrayó la importancia de la literatura como medio para dar a conocer la lucha de los pueblos oprimidos y preservar su memoria histórica.

SPS señala que el foro no solo se destacó la riqueza de la literatura africana contemporánea, sino que también promovió un diálogo intercultural y un mayor entendimiento de la historia y las experiencias africanas y que la iniciativa de la embajada de Ghana en España es un paso hacia la visibilidad y el reconocimiento de los escritores africanos y sus historias, especialmente aquellos que residen en Europa.

La Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País proporcionó el escenario para este encuentro, simbolizando una unión entre la historia y la modernidad, así como un espacio para la reflexión y el aprendizaje mutuo.





Selma Uld Mohamed Uld Brahim, alias Belgha, el erudito y poeta visionario saharaui

 


En mi despedida a Belgha, quien nos dejó el 29 de junio de 2024.


Por: Bahia M.H Awah | 30 de septiembre de 2016

El semblante de su figura me infundió un enorme aprecio y respeto desde que empecé a conocerle de una manera diferente a los demás. Alto, moreno, de rostro risueño que llena la vista desde el primer contacto con él. Me impresionó su cabellera cortada y cuidada a la manera antigua como la llevaban los grandes eruditos y sabios saharauis1; y el brillo de las canas de su melena tintada de un color azul oscuro debido al roce con el tradicional turbante negro de nila, colgado en su cuello y a veces enrollado sobre su cabeza. Vi por primera vez a Belgha, todo un personaje de nuestra cultura, en los años ochenta. Él formaba parte de un variopinto elenco artístico que recorría la parte liberada del territorio para acompañar y animar a las regiones militares, la población nómada y la comunidad saharaui en Mauritania.

Belgha actuaba aquel día con el principal grupo de música y teatro de aquellos años, que a veces desarrollaba sus actividades con motivo de los festejos nacionales, como el día de la unidad nacional u otras fechas que acogen las localidades saharauis en la zona liberada. Belgha recreaba y animaba a una población que había sufrido las consecuencias de la invasión; aún muchos saharauis, que entonces eran niños, arrastran consigo las secuelas y psicosis que dejó entre la población civil. En los últimos años de la guerra Belgha, con su compañía de títeres, deleitaba a niños y mayores en las localidades de Tifariti, Zug, Awadi, Agüeinit o en el Festival Internacional de Cultura y Artes Populares que celebra cada año el Ministerio de Cultura saharaui. Pero en esa época Selma para mí sólo era el titiritero que animaba y deleitaba a todo espectador, dirigiendo y creando con el movimiento de sus hábiles piernas y brazos un muñeco tradicional saharaui que bailaba y congratulaba a pequeños y mayores que le acompañaban con los coros en sus danzas.

Los cámaras extranjeros, ante su imponente presencia, lo enfocaban en primer plano sin saber de quién se trataba, inducidos por su figura fotogénica y unos rasgos físicos como los de los grandes eruditos saharauis de siglos pasados o filósofos de la Grecia antigua. Por su aspecto prototipo de hombre beduino de especial carisma llamaba la atención antes de subir al escenario.

Se le conoce como Belgha entre la población a causa de unas babuchas que en los años cincuenta se traían de Bélgica y que su padre calzaba. El apodo se transmitió de padre a hijo y éste lo ha querido conservar. Para cualquier persona, Belgha es a simple vista, una impresionante figura esculpida por la naturaleza del desierto, un hombre que, sin profundizar, para el observador llama la atención más por su aspecto que por su interior.

Belgha es una figura emblemática, pero que pasa un tanto desapercibida entre su gente por el hecho de no dar a conocer de forma pública sus otras facetas de erudito. Su virtud de sabio multifacético es desconocida por una parte de la sociedad saharaui, tal vez a causa de su humildad, que le hace no parecer lo que él sabe qué es realmente. Tras una noche de fluida y abierta conversación en uno de mis viajes a los campamentos de refugiados saharauis pude constatar con certeza que es un erudito visionario, gran poeta y un excelente orador con un dominio absoluto sobre la cultura e historia de su sociedad. Se le puede definir como antropólogo, sociólogo y por qué no filósofo en su tierra. Enseguida nos hicimos amigos y el interés que me suscitaba, él lo intuía como erudito, lo que fue un factor para ganar su confianza durante mis contactos para mi trabajo de investigación sobre la memoria y cultura oral saharaui.

-Me crié entre el ganado camellar, no conocía las vacas ni las cabras y junto a mi familia nos trasladábamos en el territorio desde sus más extremos límites del norte, moviéndonos hacia el Río Saguia al Oeste y siguiendo hacia el Sur, en las fronteras con Mauritania. Desde que tuve juicio recuerdo que nunca hemos cruzado al Norte más allá del Río Saguía. Mi madre murió cuando yo era un bebé, y entonces me crió y me educó mi abuela hasta que me hice mayor. Mi abuela nació en la región de Tiris en la parte noreste cerca de Zueirat en Ereig Ateintana, mi padre también nació en Tiris. La vida de mi abuela madre, fue excepcional y merece atención para buscarla en mi memoria o en la memoria colectiva de nuestra historia de hace un siglo atrás.

A los siete años comencé a aprender leer y escribir en elouh y memorizar los primeros versículos del Corán. El almurabit2 primero me enseñó a leer y memorizar y luego a escribir. Llegué hasta el versículo Sabih y Amma, pero después de haber memorizado ocho capítulos dejé el aprendizaje en elouh y me dediqué a la diversión y caprichos de los niños de la badia, juegos tradicionales, disfrutar tanto de bodas, como de fiestas de reconciliación, de divorcios o de bautizos.

Belgha apuntaba a propósito de su dominio de la cultura saharaui y el amor que le atrae hacia ella desde pequeño, que antiguamente los mauritanos decían que los saharauis en el saber y la ciencia son el tronco del árbol y ellos como sus hojas. Belgha, en la explicación de sus planteamientos, siempre argumenta para contrastar todo lo que transmite a sus interlocutores, y este es un rasgo que caracteriza a los grandes maestros y eruditos. Ante una pregunta que le repetí varias veces sobre cómo había adquirido el bagaje cultural que posee me explicó, en estos tajantes términos, que el aprendizaje ha sido algo natural para él durante toda su vida.

Sobre la inteligencia argumenta, recordando teológicamente, que hay siete días a lo largo del año en los que todas aquellas personas que nacieran en ellos suelen ser sumamente inteligentes o, en el otro extremo, tienen serias dificultades psíquicas. Y sobre esta historia cuentan que al principio de los tiempos hubo una mujer llamada Zahra, que era muy inteligente y bella. Al morirse Dios la convirtió en una brillante estrella en el cielo que guiaba a los nómadas en sus periplos por el desierto. Durante su aparición en el firmamento hay siete días durante los cuales las personas que en ellos nazcan serán especiales, superdotados, inteligentes, desquiciados, valientes o cobardes. Y todos nacen distintos a los demás en sus extremas cualidades humanas, en lo referido a inteligencia o belleza física.

- Desde mi infancia siempre me he dedicado a nuestro ganado, no he hecho otra cosa que no fuera el cuido de los dromedarios de mi familia y el conocimiento de mi entorno social. Conocía cada miembro de mi ganado, sus hiran3, sus mayores, sus intenciones y comportamientos y hasta conocía con cabal certeza sus huellas. Puedo identificar sus pisadas en tierra entre muchos otros ganados cuando se me pierden, incluso puedo reconocer los dromedarios mal domados, los tranquilos y los que suelen huir para no ser domados, a los que llamamos sharid o shirrad. Sé ordeñar las camellas, cómo saltar sobre el lomo de uno cuando las circunstancias me lo exigen. Y también sé curarlos cuando enferman o cuando una hembra es estéril y se necesita su procreación, porque para el hombre del desierto la reproducción del dromedario es un proceso vital para su subsistencia. Creo que apenas quedan saharauis que puedan discutir conmigo el conocimiento sobre estos emblemáticos y venerados animales, ya sea en lo que concierne a su curación, su cuidado o su ordeño. Toda esa fortuna de dromedarios que tuve la heredé de mi padre y de mi abuela.

Como decía al principio Belgha es un poeta visionario, si comparamos las predicciones en su poesía o en sus adagios encontramos cierto paralelismo objetivo con la obra de Chej Mohamed Elmami. Esta poesía-predicción de Belgha le acerca al sabio que vivió un siglo antes que él, y con el que sin embargo comparte el concepto de la unidad cultural saharaui. En este poema, que Belgha dice que es un proverbio, se esconde una visión sobre el periodo colonial, y el fruto de un siglo de colonización.

Tengo un gallo que este año
incuba sus huevos.
Uno de sus huevos entona su canto.
Y le pregunto a quienes detentan el poder,
¿para quién está guardado este huevo?

En los años setenta Belgha cantaba en varios proverbios el nacimiento de la revolución saharaui. El gallo según él, es el poder colonial, y el huevo que entonaba su canto, es la revolución saharaui. Fruto de ese dominio dio un huevo; es incoherente que un gallo incube un huevo, sin embargo Belgha explota todo recurso que su imaginación concibe.

Chej Mohamed Elmami escribió hace 145 años este trinomio de verso-adagio-proverbio, en los que encontramos cómo el erudito visionaba el nacimiento del Polisario un siglo antes de que ocurriera, como un frente que dirigiría a los saharauis y a la vez lo interrelacionaba con el problema de anexión que iba a perpetrar Marruecos dos siglo después.

الصحرء دارت قفار ولجبه حاجبه لخظر
لمغرب بنه شار اركب عنهى وحدر

El Sahara puso su gorro en la cabeza
enfrente está su verde frente.
Marruecos la apunta con su mira
tira arriba, y tira abajo y no acierta.

Belgha también tuvo esa visión años antes del desencadenamiento del proceso de liberación saharaui. En su conciencia de beduino fue crítico contra la presencia colonial y a la vez se declaraba incitador a rebelarse contra todo mal social o político que padeciera su sociedad.

- Antes de incorporarme al éxodo en el año 1975 colaboraba con mis escritos en un programa de poesía que se emitía en la Radio de El Aaiun. El espacio lo realizaba Sidati uld Salami, un buen crítico literario, maestro y poeta, ciego, gran conocedor de la literatura hasani, y Banahi uld Lemhaifid que le hacia la lectura de la correspondencia de los colaboradores. Recuerdo que una vez escribí al programa con el pseudónimo de “Zaabur uld Derbal uld Taleg Ruhu uld Magadilu”4. Escribía en el género elbach, es decir a bocajarro. Un día en la calle vi cómo la gente despilfarraba la comida. Otro día me causó estupor e indignación ver cómo la gente tiraba alimentos y ropa nueva en la basura, recuerdo una carísima darraa de marca Petit Point y una melhfa de nila de la marca Jint Enáma5.

Mi conciencia no podía con ese tipo de derroche sabiendo que había familias que se mantenían de las piedras y gravillas que sus hijos recogían trabajando una larga jornada para la empresa estatal Cubiertas y Tejados. Y a sabiendas que nuestras riquezas tanto minerales y marinas, explotadas por la metrópoli, eran más que suficientes para no dedicarnos a duros y miserables trabajos. Los que vivían bien eran precisamente aquellos que tiraban la comida y los que no tenían nada carecían de fuerza para protestar.

Empecé a escribir al programa de radio con mi seudónimo Zaabur, desencadenando mis críticas en principio sobre temas sociales, y más adelante me declaré en mis poemas amante y conquistador de Egbinaha, nombre de una chica que vendría a significar literalmente “la hemos aceptado” en referencia a El Yabha, el Frente Polisario. Al Frente en sus primeros años la metrópoli lo llamaba despectivamente Lfalaga, los insurrectos, para identificar a los guerrilleros Polisarios. Pero yo a este movimiento ya le había nombrado como Egbinaha. En ese mismo año que nacía el Polisario, se difundió un rumor que algunos miembros de El Yabha fueron capturados por la Legión española en la localidad de Boir Tiguisit, la noticia no estaba confirmada, sólo era un rumor de la gente. Yo por naturaleza soy una persona muy reservada en mis sentimientos, no mostré ninguna preocupación pero en mi interior algo palpitaba y poco a poco surgieron de aquellos acontecimientos diferentes versos.

Después de Leboir6 no habrá más que paz…
y no oculto su encuentro,
era de pies hasta el busto,
toda ella un collar7,
se lo digo a todos.
Y entre mi gente a Egbinaha, la hemos aceptado,
y a mi gente le quiero
decir que no habrá más que paz.

Cumplo un año bajo la oscura sombra
de una larga noche
con la única darraa8 que tengo.
Mi amada dice como el búho:
“mi destino será el que está echado”9.

Envié mis poemas al programa, y los recitaron como poemas de Zaabur, al que dieron las gracias. Semana más tarde escribí otro poema definiendo la ciudad de El Aaiun, tal como era antiguamente y como seguía en aquel entonces.

Mi ciudad El Aaiun, capital del Sahara,
que en ella la paz reine,
será el lazo entre los pueblos del Sahara
y los de España.

Y es efectivamente lo que aún está pasando después de treinta y cinco años, el lazo de unión histórico se mantiene y se fortalece de forma no oficial, sino de pueblo a pueblo, el saharaui y los pueblos de España.

Escribí en la misma época un poema que criticaba el tribalismo y creo que debo sentirme satisfecho de ser el primer saharaui en proscribirlo mucho antes que apareciera de forma oficial abolido por Egbinaha, el Frente Polisario, durante el proceso de liberación nacional saharaui. Verás que con estos versos he sido el primer saharaui que reniega del tribalismo y resumo mi crítica a esta lacra social en torno a la unidad de Uad Saguia y los cien riachuelos de los que se alimenta. Con eso quería explicar nuestra unidad nacional y la cohesión de toda la sociedad saharaui en un solo punto de convergencia, el Frente Polisario.

Alabado sea Dios.
del Río Saguia,
bebe el Sahara.
De todos sus riachuelos Saguia bebe.
Hoy saludo a todos los ríos de Saguia,
porque sobre uno de tus cien ríos,
todos en uno desembocan.

Selma, al terminar de recitarme el poema, me miró y extendió su mano sobre mi hombro como advertencia para que le prestara toda mi atención en lo que continuación me quiso explicar:

El Río Saguia está formado por cien afluentes, y con el propio Saguia son ciento un ríos, y todos en Saguia desembocan. Antes había muchas tribus divididas y subfraccionadas, era la política de la metrópoli para mantenernos enfrentados por el linaje y las dualidades jerárquicas pero hoy sólo existe el pueblo saharaui y este merito es del Frente Polisario, esa chica llamada en mis versos Egbinaha.

El periodo de los años sesenta y setenta se caracterizó por muchos procesos sociales y confrontación política entre las potencias occidentales y sus colonias. Es el caso de la causa palestina en el Medio Oriente, el estancamiento del reaccionario mundo árabe de la época en esa región y los procesos de descolonización en África en la que la conciencia de Belgha estaba impregnada de manera muy directa, porque el territorio seguía siendo una colonia española.

Ante aquellos acontecimientos su poesía ya estaba bastante madura y era recitada con cautela entre la gente. La poesía de Belgha contó tal vez con el handicap de que tenía gran compromiso social y político, lo que le hacía difícilmente asimilable por una sociedad de mayoría nómada. Las circunstancias políticas en la región y el auge revolucionario en el territorio y en la vecina Argelia, no la dejaban ser cantada a los cuatro vientos por temor a represalias. Quedó reducida a un círculo muy limitado y a la vez aislado de los grandes núcleos urbanos, por la propia vida nómada de Belgha. Buscó entonces salir de esta asfixia yendo mas lejos de lo que realmente pasaba en el Sahara, tomando como ejemplo lo que sucedía en otros países. Así se desahogaba en estos versos señalando con el dedo al Egipto post Gamal Abdel Nasser, una nación derrotada y entregada al Israel de Moshe Dayan y sumisa a la política de la corona británica y los Estados Unidos durante el mandato del presidente Lyndon B. Jonson.

London emite en El Cairo,
y El Cairo abre a London.
Lo primero si lo digo es una insinuación,
y lo otro si lo digo es aberración.

El decano de los poetas saharauis Badi Mohamed Salem en cierta ocasión le dijo a Belgha “Juraría que eres un grande entre los grandes poetas. Nosotros escribimos bien poesía, sin embargo tu poesía es visionaria y sabia, como la de Chej Mohamed El Mami”. Esta afirmación no deja duda alguna de la envergadura de este gran erudito y poeta visionario de nuestro siglo, una figura de nuestras letras que esa faceta de su vida pasa desapercibida.

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1 Los eruditos y caballeros saharauis antiguamente dejaban crecer la cabellera hacia arriba, dejando siempre la frente despejada, para no impedir el contacto de la frente con la tierra a la hora de realizar la oración.
2 Maestro de la escuela coránica.
3 Plural de huar, cría del dromedario.
4 Zaabur: nombre inventado que sugiere misterio y aventura; Uld Derbal: el hijo del harapo; Uld Taleg Ruhu: hijo del que va a su aire; uld Magadilu: hijo del que no le importa nada.
5 Literalmente, tela de la avestruz, una tela muy cara que procede de Oriente.
6 Localidad de Boir Tiguisit, en la región de Zemmur.
7 En la literatura hasania el collar es expresión máxima de belleza.
8 Vestimenta tradicional saharaui para el caballero.
9 En la narrativa saharaui hay una historia relacionada con el búho. Se trataba de un ser que poseía una gran fortuna de dromedarios pero al perderla quedó gritando con la voz con la que orientaba a su ganado, lamentándose de su suerte. 

martes, julio 02, 2024

BELGA, NÓMADA DE LAS ESTRELLAS. Ali Salem Iselmu

 


Poema dedicado al erudito y poeta saharaui, Selma Uld Brahim, conocido como (Belga).

Se ha ido Belga

y con él las dunas envueltas de estrellas,

luces de una túnica azul

de un turbante negro

envuelto de canas.

Se ha ido la última palabra de la noche

el primero susurro del amanecer,

se ha ido Belga el erudito de las piedras

de la arena impoluta,

el oteador del agua

de las huellas de un pozo.

Dejaste Tiris y Zemmur,

tristes sin tú palabra,

tus huellas conocen el Sahara

la cumbre de una duna

el valle de árboles desnudos,

el amanecer del silencio.

De ti aprendí la palabra

merhba bikum,

cuando vi una jaima en el horizonte,

una melena de versos

envuelta de arena.

Oh, erudito de la noche

quédate en el silencio

en el oasis de palmeras,

yo prometo encontrar tus huellas

cerca del pozo de arena

cuando conocí tú mirada.


domingo, enero 16, 2022

El viaje de la soledad, de Ali Salem Iselmu

Oléo del pintor saharaui Fadel Jalifa

A veces siento pánico de la soledad, un miedo profundo que me lleva a sentir cada momento como un nuevo desafío. Es en ese miedo placentero donde encuentro claridad y nace una reflexión profunda que me lleva a lejanos recuerdos. Allí está el viaje de Ulises y su regreso a Itaca, Robinson Crusoe en el interior de una isla, un náufrago superviviente. El capitán Ahab persiguiendo Moby Dick en medio de océanos helados y vientos huracanados.

Es el interior de cada página y recuerdo el que me hace comprender el viaje de los Tuareg en el desierto del Tenere. Una estrella, una luz los guía hacia las salinas de Fachi. Otro viaje al límite de la vida humana es el que hacen los Inuit desde Siberia hasta Alaska detrás de los caribús.

Todos estos viajes se recrean en mi interior cuando encuentro la soledad  y siento la lejanía de la ciudad de mi infancia. Es esa pequeña urbe de Dajla asentada sobre la Ría de Oro, una ciudad que mira como el viento de arena desaparece en el pequeño poblado de Argub.  Es la soledad de cada momento la que me hace revivir la nostalgia del pasado, en ese naufragio que me ha llevado por muchos lugares sin nunca olvidar aquellas calles. Esas paredes blancas donde se refleja el sol.

La casa de mi padre, la casa de mi abuelo siguen rodeadas del olor del mar. Aquel guiso de pescado que preparaba mi madre y luego me llevaba al colegio por una calle larga y ancha. Allí empezó mí viaje cuando aprendí las primeras letras, pequeños poemas escritos sobre una tabla de madera.

Aquellos versos estaban dedicados a mi abuelo, los que me enseñó mi primer maestro, el hombre de la túnica azul y el turbante negro.

Aquellos lejanos versos decían en hasanía:

يـا بابا فيك لمرو   كيف حسنـ

كيف احمدبابا.

Oh Baba, eres altivo y generoso,

como Hasena

como Ahmed Baba.

Cuando volvía de aquella escuela tradicional en la que muchos niños aprendieron las primeras letras, yo siempre recordaba los versos dedicados a mi abuelo. En algún ocasión en un viaje por la tierra de las dunas blancas y las montañas negras, después de haber perdido la ciudad de mi infancia. Llegué a una jaima en el Tiris y nos recibió un hombre y una mujer que habían conocido a mí abuelo en el pequeño poblado de Auserd.

Después de tomar los tres tés tradicionales del Sahara y probar leche de cabra mezclada con agua y azúcar, el hombre de noventa años me miró a la cara y me dijo:

̶  Tú voz me recuerda a alguien, la mirada, esa forma  tuya de hablar.

Yo le miré detenidamente y le dije:

̶  Yo soy de la parte sur del Sahara Occidental, de la zona de Río de Oro.

Luego le dije mi nombre, el de mis padres y abuelos. Aquel anciano longevo, le saltaron las lágrimas y me abrazó varias veces. 

Luego dijo entre lágrimas.

̶  Tú abuelo era un hombre generoso, lleno de bondad.

Cuando escuché aquellas palabras, recordé los primeros versos que aprendí en hasania dedicados a mi abuelo Baba Uld Hasena. Salí solo a pasear acompañado de la soledad de las dunas del Tiris, miré hacia el oeste de forma desesperada. Quería volver al colegio donde aprendí aquellas estrofas.

Es esta soledad que me trae estos recuerdos y edifica los viajes que hay en mí interior. Una soledad llena de miedo y envuelta de esperanza.

lunes, diciembre 06, 2021

Se presenta en Madrid la antología de poesía puente entre dos generaciones, “Poetas y poesía del Sahara Occidental”


Se presenta la antología de poesía puente entre dos generaciones, “Poetas y poesía del Sahara Occidental”. Trabajo de los profesores de la Universidad Autónoma de Madrid, Juan Carlos Gimeno Martin, Bahia MH Awah y Juan Ignacio Robles de (Antropologia en Acción, AenA)

El pasado jueves 2 de diciembre se presentó en el Espacio Miguel Delibes de Alcobendas el libro “Poetas y Poesía del Sahara Occidental. Antología de la Poesía Nacional Saharaui. Una antología poética”. Se trata de una obra fruto de varios años de trabajo común entre investigadores saharauis y de la Universidad Autónoma de Madrid, por el que se ha recogido la producción poética de los llamados poetas nacionales saharauis, se le ha dado forma escrita y traducido, más bien recreado, al castellano. El acto fue organizado por la Asociación Amistad Saharaui de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes, también impulsora de la edición del libro.

La presentación del acto corrió a cargo del actor y poeta Pepe Viyuela, artista comprometido con el pueblo saharaui desde su participación hace unos años en el Festival Internacional de Cine del Sahara (FISahara). Viyuela denunció que el muro de silencio sobre la cuestión saharaui “no puede ser casual hay una intencionalidad clara de sumir en el olvido algo sobre lo que todavía sentimos vergüenza”. El actor reconoció dentro de lo relacionado con el compromiso y la solidaridad con el Sáhara Occidental hay “un déficit importante en lo relacionado con la cultura”, por eso da las gracias por que este libro exista. Pepe Viyuela, que en el momento de presentarse la antología ya la había leído en su totalidad, la definió como “una gran llave para asomarse a la cultura saharaui” y para conocer la poesía saharaui desde el lirismo de la poesía nómada hasta la poesía combativa y de lucha que predomina en la producción de estos poetas nacionales.

A continuación, el representante saharaui en Naciones Unidas, Sidi Mohamed Omar, destacó que este libro es “un trabajo excelente y oportuno que debe ser ampliamente difundido” y que supone una gran aportación bióloga bibliográfica del estudio de la poesía, pero también de la cultura saharaui, “ya que la poesía es uno de los conocimientos más elocuentes de la cultura saharaui”. El diplomático destacó la importancia del compromiso de los intelectuales saharauis con su causa, no solo luchando contra la ocupación si no también desde una postura crítica en bien de la causa. Todo el pueblo saharaui mantiene una lucha de resistencia contra la ocupación del territorio y en defensa de la identidad saharaui, ya que la ocupación implica también la negación del pueblo saharaui y su identidad. Los intelectuales saharauis tienen “un compromiso total con su causa, que nace de su propio sufrimiento”, participan “activamente en contra de la ocupación”, además de ser “voces del pueblo a través de las cuales se dirigen al mundo” y “custodios de la sabiduría y aspiraciones del pueblo saharaui” y actuar “como la conciencia de su pueblo”.

El Delegado Saharaui para la Comunidad de Madrid, Ali Salem Sid Zein, tomó la palabra para agradecer el trabajo académico realizado por el grupo para rescatar la memoria oral saharaui y recordó que la cultura saharaui es objeto de destrucción por parte de la ocupación marroquí. También reiteró el papel de los poetas nacionales saharauis en la lucha de liberación. 

En representación de la parte española que ha trabajado en este ambicioso proyecto, habló el profesor Juan Carlos Gimeno. El profesor destacó que se trata de un libro “que produce conocimiento no solo desde la Academia sino también desde las luchas”. Gimeno explicó que el libro forma parte de un proyecto reclamado por el Ministerio de Cultura saharaui para recuperar y guardar la creación oral del pueblo saharaui, que en realidad es una “oratura”, en palabras del profesor, ya que “todos estos poemas no tienen sentido sin una audiencia que los escuche, no es poesía pensada para ser escrita y reproducida, sino para ser escuchada”. Los poetas nacionales han colocado en el centro de la temática de su producción la revolución y la lucha.  Esta antología es una parte de un proyecto que comenzó con la película documental “Legna, habla el verso saharaui”, ganadora del primer premio de FISahara, que cuenta con la edición de libros dedicados a cada uno de los poetas nacionales saharauis, que más tarde irán siendo traducidos en castellano y publicados. Según el profesor Gimeno, la traducción “se ha convertido a un lenguaje global para que pueda ser leído en más partes del mundo, en este caso en todo el mundo hispanohablante”. El profesor destacó que “se trata de una apropiación contra hegemónica del español por parte del pueblo saharaui hace un uso de la lengua para su proyecto de resistencia”. El proyecto en el que se haya inmersa esta antología tiene dos objetivos, según el profesor Gimeno, “por un lado, la recopilación de la memoria como elemento de transmisión a generaciones futuras y la visibilización de su pueblo y su forma de vivir, que ha sido y es permanente y sucesivamente invisibilizada”. “La lucha del pueblo saharaui no es la lucha de un pueblo pequeño, sino la lucha por un principio grande”.

En representación de los investigadores y poetas saharauis que han trabajado en el proyecto, tomaron la palabra los escritores saharauis Ali Salem Iselmu y Bahia Mahmud Awah. Ali Salem, que entró por vía telefónica desde el País Vasco, destacó el formidable trabajo de todo el equipo para recoger esta parte de la poesía saharaui y registrarla en una antología de este calibre. Iselmu forma parte del grupo de escritores saharauis, junto con Bahia Awah y Mohamed Salem Abdelfatah Ebnu, encargados de la recreación de los poemas en castellano, junto con la introducción y presentación de la historia de vida del autor traducido. Por su parte, Bahia Awah denunció que  “el colonizador omitió a los eruditos y poetas saharauis de manera sistemática”, reconociendo que los poetas nacionales cumplen con su misión, así como las distintas generaciones saharauis que han escrito en castellano. Según el poeta e investigador, este libro es un puente entre la poesía saharaui en hasanía y la de los poetas saharauis que producen en castellano, ya que “la poesía en hasanía no se traduce, se recrea, y para ello uno tiene que ser poeta”, concluyó.

En su intervención, el diplomático saharaui Ahmed Muley Ali, actual encargado del Departamento de América Latina, recordó la figura de la anterior Ministra de Cultura saharaui, Jadiya Hamdi, gran impulsora de este proyecto que, entre otros motivos, se ha acometido para que las bibliotecas humanas no desaparezcan con su marcha. Ahmed insistió en que se trata de un libro “que debería tener todo intelectual en sus bibliotecas” y que tiene “una importancia histórica por el legado que deja al pueblo saharaui”. El libro ha llegado además “en un momento crucial para plantarse frente al intento de marroquinización del pueblo saharaui”. El diplomático reconoció que la traducción de este el libro al castellano completa la identidad saharaui, ya que esta lengua “nos ayuda a mantener nuestra identidad frente a la francofonía” que rodea al pueblo saharaui en la región.

Calificado por el académico Boaventura de Sousa Santos como “un ejercicio de responsabilidad política”, “Poetas y Poesía del Sahara Occidental. Antología de la Poesía Nacional Saharaui” está editado por Última Línea y con portada del artista sevillano Federico Guzmán, la antología recoge poemas de Mohamed Salem Uld Abdelahe Badi, Mohamed Moulud Uld Budi Beibuh, Ljadra Mint Mabruk, Alal Uld Daf, Sidi Brahim Uld Salama, Bachir Uld Ali, Ahmed Uld Mahmud, Hosein Uld Moulud, Mustafa Uld El Bar, Hasin Uld Brahim, Bunana Buseif y Jadiyetu Mint Aleiyat.


miércoles, agosto 11, 2021

La poeta saharaui Zahra el Hasnaui en el 8° Poemagosto, Festival Internacional de Poesía de Allariz, Ourense

La poeta saharaui Zahra el Hasnaui Ahmed participará con su poesía y su voz en el 8° Poemagosto, Festival Internacional de Poesía de Allariz. Se trata de un Festival en el que participará una larga lista de poetas con una amplia variedad de orígenes e idiomas. Poesía, música, conciertos, charlas, micros abiertos, actividades infantiles, combate poético, presentaciones, libros, arte, artesanía…

Nacida en El Aaiún cuando el Sáhara Occidental era colonia española, Zahra Hasnaui es poeta, narradora, filóloga inglesa, traductora y profesora. Actualmente trabaja en Guadalajara, lejos de donde pasó su infancia.

Después de terminar su carrera y pasar un año en Londres, Zahra regresó a los campamentos de refugiados de Tinduf para trabajar como periodista para la Radio Nacional Saharaui.

En 2005 fundó, junto a Bahia Mahmud Awah y otros escritores saharauis, el grupo literario Generación de la Amistad, que han publicado numerosas obras colectivas, que incluyó versos y relatos de Zahra Hasnaui: El Aaiún gritando lo que se siente (2006) , 31. Treinta y uno (2007), Um Draiga (2007), o La fuente de Saguia (2009).

También participó en la antología La Primavera Saharaui, dedicada a los saharauis del campamento de Gdeim Izik.

En 2017, la poeta publicó su primer poemario en solitario, titulado 'El silencio de las nubes'.

La poeta aporta una obra poética que se centra en la identificación con el pueblo saharaui y la lucha por la independencia, así como con una mujer saharaui, cuestión que centra gran parte de su creación literaria.

La poeta valenciana Begoña Pozo ha escrito un estudio sobre la poesía y el discurso de Zahra el Hasnaoui Ahmed, disponible en el repositorio de la UA - Universitat d'Alacant / Universidad de Alicante, en este enlace: https://core.ac.uk/download/pdf/16367001.pdf

domingo, abril 18, 2021

Viento de arena. Relato y poema

 

18.04.2021 – Pressenza

Ali Salem Iselmu Abderrahaman

Cuando el árbol de acacia espinosa se despojó de sus hojas y el viento del este sopló con mucha fuerza, mi abuela miró el horizonte en busca del año de mi nacimiento y recordó el sonido del tambor mezclado con el ulular de las mujeres. Había nacido yo entonces, con la primera lluvia de invierno en medio de un valle cubierto de arena y hierba.

Un lejano recuerdo sintió mi abuela, dio unos pasos en medio del viento de arena y me dijo entonces:

̶  Tienes que encontrar las huellas de tu hermano que se marchó detrás de las dromedarias lecheras.

̶  Abuela, no veo nada, el viento de arena ha borrado todas las huellas  ̶  le respondí con cierta impotencia.

Seguí delante de la jaima intentando descifrar las huellas en medio de aquella noche oscura. Sabía que las dromedarias lecheras descansaban siempre al sur, cerca del árbol de atil[1]. Coloqué el turbante sobre mi cabeza, me cubrí la cara y me até una cuerda de esparto a la cintura. Con un cuenco en la mano izquierda y una linterna en la mano derecha fui avanzando hacia el sur, mi abuela oraba en voz alta, pedía clemencia a la virulencia del viento de arena.

La jaima se movía de un lado a otro, mi hermana sujetaba el palo que servía de sostén. Mi madre repetía el nombre de Dios en su rosario de color blanco.

Empecé a caminar impulsado por el viento, observaba el movimiento de los arbustos con la luz de la linterna, cubierto con mi túnica azul. Sabía que el viento soplaba sin un rumbo fijo y era el principio de otoño. Caían pequeñas gotas de lluvia envueltas de arena. Parecían lágrimas cuando tocaban la tierra seca.

Pensé en mi abuela, ella cenaba todas las noches un vaso de leche fresca recién ordeñada. Seguí avanzando en busca de las huellas de mi hermano, en busca de las dromedarias lecheras. Con la ayuda de la linterna vi varias boñigas semienterradas. La distancia que recorría todas las noches con el cuenco lleno de leche se me hizo eterna.

Avancé unos pasos, empecé a sentir una extraña soledad. La arena penetraba en mis ojos, en mi nariz y en toda la ropa. Sabía que mi abuela seguía invocando a los santones de aquella tierra, estaría junto con mi madre y hermana agarradas a los palos de la jaima.

De repente, vi una luz rodeada de la intensa arena. ¿Será mi hermano, será el abuelo de la melena blanca, quién será? Impulsado por el viento de arena y las gotas de lluvia, cierta nostalgia se apoderó de mí. Caminé con paso firme hasta que una enorme roca me detuvo. Pequeñas gotas de agua brillaban sobre la pared de piedra. Con la luz de la linterna vi la arena mojada. El viento de arena se iba debilitando.

El cielo se abrió lleno de estrellas y un aire húmedo soplaba desde el norte. Esta vez veía una luz cercana y brillante. Oí el berrido de las dromedarias, su olor inconfundible. Caminé unos pasos, allí estaba el abuelo de la melena ordeñando en el interior de un cuenco que sujetaba mi hermano.

Me saludó con una voz suave que nacía del interior de la noche. Apagué la linterna y entonces estaban las seis dromedarias con los ojos envueltos de arena y sus crías esperando acurrucadas entre los árboles.

Saludé a mi hermano, le di el cuenco vacío y me dio uno lleno de leche recién ordeñada envuelta de espuma. Observé el cuenco varias veces y comprendí que la leche de dromedaria era un alimento nacido de la suerte divina.

El abuelo de la melena dio unos pasos alrededor de las dromedarias, cogió un puñado de arena que estaba mojado y dijo:

̶  Después del viento de arena, ha llegado la primera lluvia de otoño, mañana otearemos este lugar  ̶  se despidió y desapareció en la noche poblada de estrellas.

Mi hermano y yo caminamos en dirección norte hacia la jaima de la abuela. Cuando llegamos, ella dejó de invocar a los santones y nosotros nos alegramos al ver que los palos de la jaima habían resistido a la furia del viento de otoño.

Entonces yo recordé la lluvia de invierno, las costas del Sahara Occidental, cierta lágrima impregnada de arena saltó de mis ojos. Mi abuela bebió su vaso de leche y yo me quedé despierto, mientras mi corazón latía en el silencio de la noche.

 

Un turbante cubre la mirada

en una noche oscura,

la abuela llama a los santones.

El abuelo de la melena

busca el agua

bajo la luz de las estrellas,

las dromedarias

observan la arena

huelen el pasto

la estación de otoño

saben que la libertad

nace en el cielo

en el mar de dunas

cuando florece

en el paisaje desnudo.

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[1] Árbol común en el Sahara Occidental, muy importante para los nómadas por sus propiedades medicinales y por las propiedades de su madera para hacer utensilios y carbón. Los saharauis restriegan sus dientes con palitos de atil, mesuak, para limpiarlos y fortalecerlos.