El príncipe de los poetas, Sidi Mohamed uld Bomba
Campamentos de refugiados saharauis. Protocolo, 20 de octubre 2009
Así lo calificaron los medios árabes tras obtener el premio “príncipe de los poetas”. Un concurso sobre la poesía árabe clásica en el que participaron siete mil trescientos poetas de diferentes países del Medio Oriente y el Magreb Árabe.
A principio de este verano leí en la red algo sobre esta noticia y me llamó la atención, al ser el ganador un poeta mauritano. Un diminuto país de una inmensa cultura hasani y de intelectuales que pasan desapercibidos para los países árabes. Pero al llegarme esta noticia enseguida me acordé de aquel programa de literatura que editaba la BBC de Londres en los años ochenta, “Quién es el autor y la inspiración” realizado por Hasan Alkarmi. En varias ocasiones definía a este país magrebí como “la tierra del millón poetas”. Inusual término para otros territorios tanto occidentales, árabes, americanas y tal vez asiáticos.
El viernes pasado, 16 de octubre nos recibió un dirigente saharaui en el marco del trabajo que estamos realizando, y al bajarnos del vehículo todo terreno que nos trasladaba a un grupo de investigadores, justo detrás de nosotros paraba un confortable Toyota con tres ocupantes. Mientras bajábamos y esperábamos a que nos indicara el guía que nos acompañaba volví a dirigir la mirada a los ocupantes del Toyota y en eso uno de los ocupantes me saludó, era un amigo de los años ochenta. Me acerqué para saludarle con un fuerte abrazo y sin prolongar el saludo me dijo:
- Te presento al príncipe de los poetas.
Pensé que bromeaba, pero al darle la mano el joven cambié de parecer. Por un momento creí que era un joven poeta saharaui que había ganado un concurso de poesía en hasania, certamen que se realizaba hace años en el país. Pero al volver a preguntar mi viejo amigo me dijo que era un poeta mauritano, el que había ganado el premio.
Trasladé todo lo que acababa de conocer al grupo de investigadores que me acompañaban y les propuse hacer una foto juntos con el poeta, cosa que no había sido posible por el cansancio del poeta y el largo viaje que lo traía desde Mauritania para estar con el pueblo saharaui. Un día después el responsable de protocolo nos convocó para asistir a un acto cultural que se celebraba por la tarde en la wilaya de Smara. Allí estaba una multitud de gente y coches que entraban con delegaciones tanto extranjeras como saharauis. Intentando maniobrar nuestro conductor para aparcar el coche, pasó enfrente de nosotros el gobernador de la wilaya anfitriona y al mirarnos nos reconoció y se acercó para saludarnos e invitarnos al acto. Aproveché el momento para comunicarle que queríamos verle por temas de nuestro trabajo esa misma noche. Se despidió de nosotros y pasados unos diez minutos salió con una comitiva hacía el Centro Cultural de la Wilaya y al acercarnos nos dimos cuenta que estaba el presidente Abdelaziz y algunos ministros del gobierno, se detuvieron para saludarnos y nos invitaron a entrar.
El centro cultural para mí tiene mucha historia solidaria, allí nos despidió aquel Lord británico, Christopher Winchelsea, autor de las caravanas Rainbow Rovers de apoyo a los saharauis; también allí nos dijo adiós el estadounidense Joy, de la fundación Carter Friendship Force, tras su breve vista, al día siguiente moría entre los habitantes de Smara, en el barrio 2 de Bir Lehlu, octubre de 1998. Tantos hechos sucedieron en el centro que me hicieron pensar qué tipo de actividad viviría esa vez. Sin embargo el protagonista siempre es el pueblo saharaui y sus amigos. En esta ocasión el embajador sudafricano que estaba acreditado en la RASD se despedía tras, terminar su mandato, ante el gobierno saharaui, y como novedad esta vez la presencia del joven poeta mauritano, “el príncipe de los poetas árabes”.
Más de ochocientas personas coreaban en pie el eslogan de la Intifada, labadil labadil antagrir elmasir, y resonaban los azgarit de las mujeres que llenaban la sala que recibía aquella tarde a un embajador y a un poeta. El gobernador de la wilaya dirigió una palabra de bienvenida con un marcado acento lleno de ricos giros hasani y árabe, que resonaban desde el atril de la tribuna. Era Jatri Aduh, la voz de un periodista que narró los años de la guerra en la emisora nacional saharaui, en la que se leían los comunicados de las epopeyas y victorias del ejército saharaui cuando infligía en combate severos castigos a las tropas enemigas marroquíes, en Zalaga, Uhud, Amgala, Guelta o Leboirat.
- Querido poeta, hace meses que te hemos observado en las pantallas de las televisiones vía satélite. Aquello fue como un sueño, hoy estás entre nosotros, recibido con todo nuestro amor y cariño. Bienvenido, bienvenido, querido “príncipe de los poetas”…
Tras la elocuente intervención subió un invitado especial y al ser presentado como “de la hermana Sudáfrica” un estallido de gritos de azgarit y el comienzo de una ola de público surgida tras levantarse la primera fila reservada para el presidente saharaui y los invitados. Ovación de agradecimiento y congratulación hacia el representante de la poderosa nación africana que apoya a la causa saharaui.
- He venido aquí para trasladaros el incondicional apoyo y solidaridad de mi país, Sudáfrica. Hace años creíamos que éramos la última colonia en África pero después de conseguir nuestra libertad, aún falta la del pueblo saharaui…este acto y la presencia de este poeta mauritano que ha venido para apoyaros me hace recordar la historia del gran poeta chileno Pablo Neruda cuando luchaba con su verso contra las dictaduras en su país y en toda Latinoamérica. También recuerdo una obra de teatro de Shakespeare en la que escenificaba la entrada a un escenario y la salida del mismo. Y os digo que sobre este escenario estamos entrando unidos y saldremos juntos.
Entonces subió al atril el poeta Sidi Mohamed uld Bomba en medio de azgarit y ovaciones de agradecimiento al poeta hermano mauritano.
- No tengo palabras para describir la belleza de vuestra tierra desde Leyuad, Tiris, hasta aquí donde me estáis recibiendo.
El ganador del premio “príncipe de los poetas” después de una breve intervención en la que dedicó el premio que había ganado al pueblo saharaui, afirmó ante los presentes:
- Queridos amigos, creedme, creo que no hay ningún intelectual mauritano que no lleve la causa saharaui en su corazón, y este pueblo saharaui inevitablemente logrará sus aspiraciones.
Sidi Mohamed acabó entregando al pueblo saharaui el anillo de la poesía de la mujer árabe como el mejor recuerdo de su apoyo, lo hizo a través de su presidente Mohamed Abdelaziz, quien subió al estrado y recibió, entre aplausos y ovaciones del público, el anillo de la poesía de la mujer árabe.
Debo decirles amigos lectores que este momento fue el más emocionante, cuando el presidente devolvió el anillo al poeta para que lo depositara en el mejor lugar posible, como se hace con los tesoros, hasta el día en que el pueblo saharaui retorne por completo a su capital, El Aaiun libre. Abdelaziz se pronunció en estos términos, dirigiéndose al poeta mauritano y con el anillo entre sus dedos índice y pulgar:
- A este anillo le haremos un lugar especial y descansará en nuestro Museo Nacional en El Aaiun el día en que por fin estemos todos en El Aaiun.
Abelaziz se dirigió al poeta en nombre de todos los saharauis para darle las gracias por su muestra de apoyo y simpatía hacia nuestra lucha y nuestro pueblo.
- Creemos en su amor hacia el pueblo marroquí, y valoramos que este hecho no le haya impedido condenar la injusticia cometida contra el pueblo saharaui. Algún día esta postura será el ejemplo a seguir por parte de todos y en especial aquellos que aman la paz y la libertad.
Y acabó el acto con una recitación de poemas con la que el autor dedicó y deleitó a los saharauis y a su público; pude recoger sobre la marcha estos versos:
(…) Camina saharaui,
camina,
Ven y camina,
Levántate anciano
Levántate joven (…)
Abdelaziz antes de terminar reiteró que los saharauis estarán al lado de sus hermanos en los territorios ocupados y citó el nombre de los siete activistas saharauis presentados a un tribunal militar en Rabat la semana pasada.
- Marruecos no nos deja opción para la paz, y la guerra en estos momentos es una opción presente.
Pero yo he preferido quedarme con el sabor del lenguaje del poeta, una hermosa mujer árabe, un anillo, el calor del lenguaje de los amigos de Sudáfrica y los versos de paz y libertad que predica el poeta mauritano Sidi Mohamed uld Bomba.
Bahia Mahmud Awah, desde los campamentos de refugiados saharauis
1 comentario:
Preciosa crónica
Menudo corresponsal
Un abrazo
Kike
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