miércoles, enero 02, 2019

El escritor y poeta Bahia Mahmud Awah en la Revista Luz Cultural, especial edición del critico literario y ensayista José Sarria

En un patio de Córdoba
El escritor y poeta Bahia Mahmud Awah en la Revista Luz Cultural, especial edición del critico literario y ensayista José Sarria, Málaga 1960.
La Revista Luz Cultural, magazine de información cultural dedica espacio para resaltar la poesía del poeta Bahia Mahmud Awah en su número del 30 de diciembre de 2018.
Magister en Antropología Social y de Orientación Pública, Universidad Autónoma de Madrid. Diplomado en traductología por las universidades UAM y UAH; Profesor Honorario Dpto. Antropología Social Universidad Autónoma de Madrid. Escritor, poeta e investigador miembro de la ONGD de ámbito académico, Antropología en Acción, (AeA).
Bahia Mahmud Awah también es miembro del Centro de Estudios Afro-hispánicos, (CEAH) Universidad de la UNED. Conferenciante en varias universidades de Estados Unidos, Canadá, Suramérica, el Caribe y Europa. Autor de diferentes artículos en revistas académicas y de ámbito cultural en varios países.
Cuenta con nueve obras publicadas de antropología, historia, poesía y de ensayo literario e histórico sobre el Sahara Occidental y Mauritania. Tiene libros traducidos al japonés, italiano, inglés y francés.
Coautor en trece antologías de prosa y verso de diferentes temáticas y género con otros autores saharauis del exilio.
Coordinador y Colaborador en el blog de El País, (… ¿Y dónde queda el Sahara)?
Fundador del Periódico digital “Diario LaRealidad Saharaui, DLRS”: 

Mi enraizado verso
De la tierra dicen que nace el verso de mis dunas,
que brota de un costado cristalino,
como eclosionan del vientre de una duna
verdes espigas de azaran ,
que los vientos peinan sobre
el suave cuerpo tallado en mil y una curvas.
Mi verso el escenario de sueños,
la multitud de acurrucados camellos
que refrescan sobre las húmedas
pestañas de un pozo tirseño.
Mi verso es tangible,
patrio,
sencillo,
cercano,
patrimonial,
tradicional,
memoria de pastorcitos,
zancadas de beduinos.
Mi verso es franco,
mirada fiel que guarda
por el pasado,
agitado por el presente,
de buen augurio al futuro.
Mi verso es un gaf de “tres rojos ”,
mi verso es el retoño de un talaa,
mi verso es tu verso que sueña
libertad,
es tu verso que sueña amor,
es tu verso que sueña paz,
es tu verso con ansias de llegar
descansar y en tus labios agonizar
como mueren las dunas en los labios del mar
o como el sol cae entre los parpados del azul horizonte.

Dumes en nupcias
“al erudito y sabio Mohamed Uld Mohamed
Salem 1790 – 1884 y al pozo Dumes donde de
niño mi padre me llevaba para abrevar nuestros camellos”

Parece diminuto, magno,
y libre en la inmensidad
Dumes;
brote retazo de mi infancia
y rostro de mis antepasados.
Caudaloso en aguas,
generoso en los cálidos
veranos,
alma de dromedarios
y lugar brote de mi existencia.

Dumes pozo, monte, charcas
y verdes sabanas de askaf
distinguido mausoleo del tirseño
erudito,
Mohamed Uld Mohamed Salem .

Cobarde parapeto
Contra el “muro de la vergüenza marroquí”
Muro de la vergüenza,
espinoso lomo
de serpiente venenosa,
símbolo de muerte,
cobarde parapeto
de un ejército de ratas.
Cruel topo destructor
de las sedientas raíces
que buscan humedad
bajo las esteras de mi jaima.
Muro de la vergüenza,
extraña cicatriz en el vientre de Zemur,
gangrena en las dunas, montes, estepas
y arboledas de Tiris.
Cobarde parapeto alauita
que serpentea de norte a sur,
vencido en mil batallas.
Dragón impávido y mortal,
que lanza veneno
contra mis indefensos nómadas.
Pesadilla que rasga
con sus ásperas escamas de muerte.
Malvado rey, ojos de víbora,
hiena que merodea mis jaimas
y mis ganados día y noche.

Cobarde alauita,
maldito encantador de serpientes,
embaucador de sueños,
rey pronto destronado,
sabiendo de dónde vienes,
hace mucho que te perdimos el miedo.
Cuarenta años hurgando,
dividiendo, separando,
mancillando los restos
de mis desaparecidos,
que ocultas en tus madrigueras.
Muro de la vergüenza,
alauita encantador de serpientes,
te auguro que pronto serás
como el escorpión
“que muere con la picadura de sus pinzas”.

EXILIO I, “al niño del éxodo”
Mi madre maestra y mis hermanas
en el regazo de aquella oscura noche de 1975
ante el peligro que arreciaba
amenazando la vida
dispusieron mi huida de la guerra.
Me calzaron gastados Keeds,
pantalones de pana
y un jersey
que más tarde, en el éxodo,
gastados, sucios y estrujados
eran el cobijo donde se alimentaban
los despiadados piojos del exilio.
Hoy veo a la humanidad como garrapatas,
veo sanguijuelas
devorando la conciencia de quienes
nos dirigen hacia la apocalipsis humana.
¿Adónde vas humanidad?
repitiendo viejos errores en tu falsa conducta.
Y tú presumes de fiel cristiano,
de civilizado
de buen político
de buen humano.
Hipócrita sin conciencia.

EXILIO II, “a los desamparados refugiados”
Van huyendo de la guerra
y en su evasión a la muerte
les guían a la entrada de una calle ciega.
A veces son confinados en las cloacas
de un viejo bergantín,
a veces caen en manos de inmundos
mercenarios del capital.
A veces en cayucos son rebotados a la mar
para deshacerse de sus mermados cuerpos.
Niños,
mujeres,
ancianos derrotados
por el más triste dolor.
El hambre y el exilio que les aleja de la muerte
es la única recompensa en la vida.

EXILIO III, “a los sin conciencia humana hacen la guerra”
Observo a políticos en su hogar
escoltados por
hombres fabricados a golpe
de inaccesibles gimnasios.
Ninguno ante su drama se ha inmutado:
carentes de humanidad
pasean en sus impolutos jardines,
comparten opíparos banquetes,
intercambian carcajadas
y hablan del previsto briefting
en Madrid, en Berlín, en Paris
y se citan para el próximo en calas de Tahiti.

EXILIO IV
Largo rato dialogué con el exilio,
triste lo que me contó:
“A Machado
el exilio le consumió”.
Le pregunté por sus consecuencias
y respondió:
extrañamiento,
deportación, expulsión,
destierro,
y un desarraigo al que
no me he querido rendir.
El exilio, quien lo probó lo sabe.
El exilio es Neruda,
el exilio son las silenciadas
palabras que a veces quiero escribir
y por dolor no me brotan.
Son las luchas que quiero ganar
y me enfrentan con el ajeno
y extraño invasor.
El exilio es mi vida confinada
a tiempo ilimitado
en el vientre alquilado
de una vieja metrópoli,
retrógrada y carcomida en sus entrañas.
Yo vivo el exilio.

EXILIO V
“A mamá fallecida en el exilio”
Diez años tras mí huida en el éxodo
estuvo consumida
en su dolor.
Tras décadas entregada a nuestra lucha,
en tierras prestadas del refugio
para siempre se marchó.
Mamá,
hoy siento tus vivencias en mis sueños de exilio,
siento tus enseñanzas que rebosaban humanidad,
siento tu años orando tras mis huellas,
siento tus nanas
y siento el coro que ayer hacían por mi
las cuentas color corinto
de tu compasivo y puro rosario.

Versos para Argelia
Al centro Ahmed Grein en Mecheria,
internado para los hijos de los mártires
de la guerra de Argelia, que me acogió en los años 70.

El exilio. Mecheria 1977
Tras mi huida del valle monte Buserz,
un gigante de cogollo blanco
en la ladera este del monte Tarek
cuidaba de mí.
Ahí tuve la primera sensación
de lo que yo creí pequeño exilio.
Ahí en el corazón de Mechería
encontré amparo
en los brotes de mi destierro.

Ahí permanece el sueño
de la madre Zahra,
que nos decía,
mientras servía el cuscús
de los viernes:
“Un día retornaréis al tronco
del que os han arrancado.
Lo sé porque lo he vivido,
partiendo el pan
para nuestros niños de la guerra”.

[1] Arbusto de esparto autóctono en la vegetación saharaui, que crece sobre las dunas y en tierras de muy finas partículas generalmente en la región sur del Sahara, Tiris. Se fabrican de este arbusto esteras, cestas para el pan y preparación para los granos de cereales como trigos y cebadas.
 [2] Tres rojos, حمر اثلاث en hasania “Hmar azlaza”: son las tres primeras estrofas que dan origen a un gaf o verso en hasania. Son los primeros retoños de un talaa, poema, porque partiendo de estos Tres Rojos nace el talaa, el poema.
 [3] Arbusto autóctono del Sahara Occidental muy apreciado por el ganado camellar.
[4] Mohamed Uld Mohamed Salem, erudito y sabio saharaui 1790 – 1884 desarrolló su fecunda obra en el campo de gramática, elfigih o jurisprudencia islámica y derecho consuetudinario. El sabio fundó en el año 1814 en Tiris su mahdra, en un lugar de Tiris llamado Staylet Uld Bugrain. Su escuela pronto gozó de una gran fama, ejerciendo su influencia en todo Tiris y en Chinguetti, Mauritania. Se convirtió en una de las escuelas más importantes de la enseñanza del Fiqh Maliki, hasta el punto de ser reconocida como una universidad itinerante, por el número de seguidores que se formaron en ella.
 [5] Provincia en el centro de Argelia que acogió en 1976 los primeros estudiantes saharauis que cursaban el bachillerato en español huidos de la invasión marroquí tras la ocupación del territorio saharaui.

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