El pasado martes 19 de noviembre, en la
sede que la Universidad Nacional de La Plata tiene en la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, se presentó la conferencia “Poesía Saharaui en español. Letras
militantes por una causa justa. El idioma como puente de hermandad con América
Latina”. El encuentro fue organizado por la Cátedra Libre de Estudios sobre el
Sáhara Occidental y el Instituto de Relaciones Internacionales (IRI) de la
Universidad Nacional de La Plata. Estuvo a cargo del poeta saharaui Bachir
Ahmed Aomar y contó con la presencia del Representante de la RASD, Salem
Bachir; el director del IRI y de la Cátedra, Dr. Norberto Consani; el primer
secretario de la Embajada de Argelia en Buenos Aires, Mohamed Taleb y la
secretaria de la Cátedra.
Se leyeron las adhesiones y saludos de
la Confederación de Entidades Argentino Árabes (FEARAB) y de los juristas y
docentes de la Cátedra, Javier Surasky y Jorge Alejandro Suárez Saponaro.
También adhirió Nora Cortiñas (quien no pudo asistir), de Madres de Plaza de
Mayo Línea Fundadora.
Luego de la exposición, se distinguió
con diplomas tanto al poeta como al representante de la RASD en la República
Argentina.
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La entrevista exclusiva:
“La gente se emociona con la
poesía nuestra porque es de denuncia”
En su tarjeta de presentación, Bachir
Ahmed Aomar nos cuenta que es “Periodista, escritor y poeta”. A lo que
agregamos que también es Lic. en Economía y Magíster en Relaciones
Internacionales, además de conducir y producir el programa “Sáhara desde
Canarias”, que se emite todos los viernes a las 18 horas (huso horario canario,
15 horas en la Argentina) por Radio Guiniguada.
Tras su participación en el Mundial
Poético de Montevideo 2013, “cruzó el charco” y vino a visitarnos. Su porte
serio e imponente (es muy alto, por lo menos para quien escribe estas líneas,
que no puede hacer gala de gran estatura física) deja paso rápidamente a una
locuacidad agradable y refinada. Y a un sentido del humor extraordinario. No
les quito más tiempo… pasen y lean.
¿Cómo ha sido la experiencia
en Montevideo?
Llegué al Mundial Poético casi “de
rebote”, porque tenían que venir otros compañeros. Pero, parece que los dioses
se han aliado conmigo, eso quiere decir que soy buena gente (risas)… Era un
sueño para mí visitar el cono sur de América Latina: a Argentina y Uruguay los
conocemos a través de la literatura y de muchas otras cosas. De repente me
encuentro aquí, en Montevideo, en un acto como el Mundial Poético 2013, con un
montón de gente interesante. Ha sido increíble. En el aspecto de cultura, he
estado en el mejor evento de cultura pero, no solo con respecto al tema de la
poesía, sino a la cultura en general, porque hay mucho arte en los jóvenes
-claro que es otro tipo de arte-, juegan con las imágenes…
¿Hubo algo que,
particularmente, lo haya sorprendido?
Lo que realmente me ha sorprendido es
que estamos aquí, a miles de kilómetros del Sáhara Occidental, del pueblo
saharaui y de los campamentos de refugiados, de la gente que sufre… y he visto
que nuestros oyentes se sienten identificados con la lucha del pueblo saharaui.
Y eso me ha emocionado. Actuaban poetas de diferentes partes del mundo y todos
los oían con respeto. Pero, en cuanto se nombraba a los poetas del Sáhara
Occidental era diferente. Ya era otra cuestión.
¿Por qué?
La gente se emocionaba con la poesía
nuestra porque es de denuncia. Los escritores saharauis -y, sobre todo, los
poetas- la utilizan así. Sobre todo los de la Generación de la Amistad. Por
poner un ejemplo que me gusta repetir, aunque salga mal parado yo (risas):
tengo que hablar de Ebnu (Mohamed Salem Abdelfatah), a quien admiro mucho. Lo
conocí en los primeros años del conflicto y ahora es un poeta maravilloso, de
lo máximo que tenemos y una persona estupenda.
Y, ¿por qué dice que Ud.
sale mal parado?
No por ser peor poeta… sino que hay algo
que me emociona y me alegra: a Ebnu lo conocí en el exilio, en la huida con su
familia, cuando él era un niño de unos 8 años. Y yo fui su maestro… eso me
emociona… un niño tan pequeño que estaba sufriendo y que no sabía a dónde iba,
ahora está de Primer Secretario de la Embajada Saharaui en Uruguay y, aparte,
es un gran escritor y un gran poeta. Salgo mal parado porque, comparado con
Ebnu, se descubre que yo soy de la generación anterior (risas)… por eso, cuando
los compañeros de la Generación de la Amistad hablan de ellos y me meten a mí,
les digo: “¿Yo qué hago con tanta juventud?, tenemos que inventar un nuevo club
donde no nos sintamos mayores”. Ahora, sin bromear, te digo que tenemos que
estar contentos por toda esta Generación de la Amistad que fue la que dio el
primer pistoletazo para que hoy tengamos poetas en todas partes del mundo
denunciando la cuestión saharaui con bellas palabras, sin ánimo de rabia, de
violencia… con la palabra. Esta es una etapa del pueblo saharaui para decir,
bueno, estamos aguantando, vamos a denunciar de forma pacífica. En esto estamos
los poetas y escritores saharauis. Porque mientras nuestro pueblo siga en las
condiciones en que está, no vemos ningún avance.
Dado que, además de
escritor, Ud. es un intelectual formado en Relaciones Internacionales, ¿cuál es
su opinión de la reciente inclusión de Marruecos en el Consejo de Derechos
Humanos de la ONU?
Resumiendo, es meter al lobo en el
corral de las gallinas. Da pena y vergüenza, porque Marruecos es, en primer
término, un régimen feudal y tiránico en el marco del cual el pueblo marroquí
está sufriendo mucho. En segundo término, porque es vergonzoso para el pueblo
saharaui que estemos reclamando nuestra libertad y, por otra parte, vemos que
imponen a un régimen como el marroquí para vigilar nuestros derechos. El que me
los viola diariamente es el que los va a defender… Una contradicción increíble
que es una prueba más de que el mundo se mueve por intereses, que son pura y
llanamente económicos. Da rabia. Es una aberración desde el punto de vista de
la legalidad internacional y es demostrar una vez más que, mientras las grandes
potencias tengan intereses económicos, será difícil solucionar un problema tan
sencillo como es el del Sáhara Occidental, que es una cuestión de
descolonización que solo necesita un referéndum y obligar a Marruecos a
cumplirlo.
¿Cuál es, en ese marco, la tarea del
intelectual?
Los saharauis -y, sobre todo, la
generación mía y la anterior- tenemos que seguir en la misma dinámica. El otro
día, hablando con un compañero, me preguntaba él qué pensaba para el futuro. Le
dije que no pienso en el futuro sino en lo inmediato, porque nosotros estamos
en estas condiciones desde el año 1975. El ansia más grande que yo tengo es que
Marruecos abandone el territorio saharaui y exista la instancia de la República
Saharaui en él. Luego vendrá lo que tenga que venir pero con la satisfacción de
que el pueblo saharaui no viva exiliado, en la periferia, sino en su tierra.
¿Qué percepción tiene de su
visita a la Argentina?
La percepción que tengo es que, al
hablar de Buenos Aires, hablamos de mucha cultura. A Buenos Aires lo conozco
desde fuera, por el contacto que he tenido con argentinos que tuvieron que
salir del país. Siempre pienso lo que ha sufrido el pueblo argentino cuando
muchísimos de sus mejores hijos representantes de la cultura han tenido que
abandonar su tierra, fue una pérdida para la Argentina, durante muchos años.
Pero he tenido la suerte de encontrar a varios de ellos fuera y el resultado es
que tú te trasladas; por ejemplo, una cosa importantísima de argentinos y
uruguayos, es el tango. Nunca entendía bien yo cuando ellos me hablaban del
tango… y, desde el punto de vista cultural, es muy importante. Aunque me
hubiese gustado que mi estancia en Buenos Aires sea más larga -cosa que no
depende de uno-, es una experiencia maravillosa.
¿Cuál destaca como principal
objetivo de su conferencia?
Lo que pretendo es lanzar el mensaje que
siempre lanzamos los saharauis que escribimos en castellano: hablar de nuestra
poesía y que la gente que nos escucha sepa que es reivindicativa. Aunque hay
poesía de amor, nos parece que no estamos haciendo bien si vamos a un recital
de poesía y no hablamos de la situación de nuestro pueblo, de lo que sufre, de
las violaciones a las que es sometido. El papel del intelectual y -sobre todo-
del escritor saharaui, tiene que ser de denuncia, para que nuestros oyentes, al
terminar nuestra intervención, sepan lo que está ocurriendo porque mucha gente
no lo sabe. Nos quedamos satisfechos simplemente con que nuestro mensaje
llegue. En las conferencias sucede que estamos hablando de cultura pero no
podemos omitir que escribimos en castellano porque es un idioma que no es
nuestro pero lo utilizamos como arma de denuncia contra los que cometieron las
injusticias y así llegas a la gente. Termino la conferencia y la gente me para
y dice: “me has emocionado, a partir de este momento entraré en internet para
conocer más de tu pueblo; hasta que llegué aquí no sabía que existía el pueblo
saharaui”. Eso para mí es un premio.
El hecho de que América
Latina sea, en su mayoría, hispanohablante, ¿qué significa como espacio para la
causa saharaui?
Cuando explico por qué hablamos
castellano siendo un pueblo que vive en el desierto, no puedo dejar de
mencionar a Cuba, el país que nos abrió las puertas en los momentos más
difíciles. Gracias a él tenemos miles de especialistas que escriben y hablan
castellano. A la vez, tengo que hablar de cómo llegaron esos jóvenes allí.
Cuando cuento que el niño se va con diez años y vuelve con veintiséis o
veintisiete, algunas mujeres -sobre todo, las que son madres- se echan a llorar
y se preguntan cómo es posible. Les respondo que no es fácil. La historia del
pueblo saharaui es durísima… durísima… Pero todo el mundo se ha sacrificado. En
una conferencia, una señora se me acercó con el móvil en la mano y me dijo: “me
has emocionado mucho con lo que has dicho; te muestro el móvil: es el número de
mi hija, que tiene quince años y la llamo cada cinco minutos para ver qué hace,
dónde está”. Es una clara muestra de cómo las madres saharauis han aportado y
se han sacrificado.
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*LIC. EN COMUNICACIÓN SOCIAL Y
PERIODISTA. SECRETARIA DE LA CÁTEDRA LIBRE DE ESTUDIOS SOBRE EL SÁHARA
OCCIDENTAL. SECRETARIA DEL DEPARTAMENTO ÁFRICA DEL INSTITUTO DE RELACIONES
INTERNACIONALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA.
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