Presentación de la Coordinadora de Inmigrantes y Refugiados de Alava, Kira, en el Palacio Villasuso Vitoria-Gasteiz el pasado 30 de Septiembre de 2009. La Asociación Cultural Tifisqui (Sahara Occidental) es miembro de esta Coordinadora
Presentación de Kira por Ali Salem Iselmu
Cada continente tiene su propia leyenda y su propia historia siempre transmitida por el ser humano capaz de vencer sus prejuicios para conocer a ese otro que es distinto a él, ese otro que habla otra lengua, tiene otro color de piel e incluso es pobre y las condiciones de su tierra le obligan a cruzar mares y océanos en busca de un destino mejor que le permita ser más humano y generoso con el otro.
Nuestra civilización ha luchado durante siglos contra la barbarie y la intolerancia de todo tipo manifestada unas veces en la lucha de los pobres contra los ricos, otras veces los fieles de una religión contra otros, otras veces los miembros de una etnia enfrentándose a otra etnia, otras veces una ideología contra otra, pero la Declaración Universal de los Derechos Humanos nos ha enseñado que el hombre es aquel que lucha contra la infamia y busca la igualdad y la justicia para dibujar con sus ojos la esperanza de un mundo mejor, un mundo capaz de vencer los episodios más oscuros de su historia, garantizando mayores cuotas de bienestar y libertad en este planeta llamado tierra.
No olvidemos que el nazismo formó parte de la historia del siglo veinte, también el Apartheid y El Ku Kux Klan todas ellas ideologías basadas en la aniquilación, persecución y destrucción del otro; por eso en un día como hoy tenemos un sueño que soñó Martin Luther King en 1963 cuando dijo: “yo aún tengo un sueño profundamente arraigado en el sueño americano. Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: afirmamos que estas verdades son evidentes que todos los hombres son creados iguales”. Ese es el verdadero significado de nuestro grado de humanidad y aceptación del otro que a veces causa sentimientos de rechazo que nada tienen que ver con un mundo cívico y abierto donde todos podemos tener nuestro propio espacio.
Hoy quiero manifestar nuestro compromiso con el respeto hacia el ser humano, hacia sus grandes conquistas sociales, científicas y culturales, todos debemos de entender que los sonidos de nuestra voz, los colores de nuestra piel y los rasgos de nuestra personalidad son un punto de partida y a la vez un punto de encuentro en el que podemos reencontrarnos una vez más para sacar a flote lo mejor de nosotros mismos.
El premio de ciencias sociales, Príncipe Asturias 2008 Tzvetan Todorov dijo: “Los bárbaros son los que consideran que los otros, porque no se parecen a ellos, pertenecen a una humanidad inferior y merecen ser tratados con desprecio o condescendencia”. Ser civilizado no significa haber cursado estudios superiores o haber leído muchos libros, o poseer una gran sabiduría: todos sabemos que ciertos individuos de esas características fueron capaces de cometer actos de absoluta perfecta barbarie. Ser civilizado significa ser capaz de reconocer la humanidad de los otros, aunque tengan rostros y hábitos distintos a los nuestros; saber ponerse en su lugar y mirarnos a nosotros mismos como desde afuera.
Y concluiré con este poema titulado EL DESAFIO:
Los rostros cambian
con los años,
con el tiempo…
incluso terminan
y quedan para siempre
inexpresivos.
Lejos palpitan los corazones
desnudos de esperanza,
ahogados en las penurias de la civilización,
se consolidan países,
nacen otros,
algunos se mantienen en pie
Esperando al sol.
Crecen los desvelos,
y ya no existen lámparas mágicas.
Todos entramos en la desafortunada
profesión de la tecnología,
lejos de defender nuestro lecho.
Humanidad sin rumbo,
hacía algún lugar,
donde no reine
la globalización incierta
de nuestro andar.
Ali Salem Iselmu
Presentación de Kira por Ali Salem Iselmu
Cada continente tiene su propia leyenda y su propia historia siempre transmitida por el ser humano capaz de vencer sus prejuicios para conocer a ese otro que es distinto a él, ese otro que habla otra lengua, tiene otro color de piel e incluso es pobre y las condiciones de su tierra le obligan a cruzar mares y océanos en busca de un destino mejor que le permita ser más humano y generoso con el otro.
Nuestra civilización ha luchado durante siglos contra la barbarie y la intolerancia de todo tipo manifestada unas veces en la lucha de los pobres contra los ricos, otras veces los fieles de una religión contra otros, otras veces los miembros de una etnia enfrentándose a otra etnia, otras veces una ideología contra otra, pero la Declaración Universal de los Derechos Humanos nos ha enseñado que el hombre es aquel que lucha contra la infamia y busca la igualdad y la justicia para dibujar con sus ojos la esperanza de un mundo mejor, un mundo capaz de vencer los episodios más oscuros de su historia, garantizando mayores cuotas de bienestar y libertad en este planeta llamado tierra.
No olvidemos que el nazismo formó parte de la historia del siglo veinte, también el Apartheid y El Ku Kux Klan todas ellas ideologías basadas en la aniquilación, persecución y destrucción del otro; por eso en un día como hoy tenemos un sueño que soñó Martin Luther King en 1963 cuando dijo: “yo aún tengo un sueño profundamente arraigado en el sueño americano. Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: afirmamos que estas verdades son evidentes que todos los hombres son creados iguales”. Ese es el verdadero significado de nuestro grado de humanidad y aceptación del otro que a veces causa sentimientos de rechazo que nada tienen que ver con un mundo cívico y abierto donde todos podemos tener nuestro propio espacio.
Hoy quiero manifestar nuestro compromiso con el respeto hacia el ser humano, hacia sus grandes conquistas sociales, científicas y culturales, todos debemos de entender que los sonidos de nuestra voz, los colores de nuestra piel y los rasgos de nuestra personalidad son un punto de partida y a la vez un punto de encuentro en el que podemos reencontrarnos una vez más para sacar a flote lo mejor de nosotros mismos.
El premio de ciencias sociales, Príncipe Asturias 2008 Tzvetan Todorov dijo: “Los bárbaros son los que consideran que los otros, porque no se parecen a ellos, pertenecen a una humanidad inferior y merecen ser tratados con desprecio o condescendencia”. Ser civilizado no significa haber cursado estudios superiores o haber leído muchos libros, o poseer una gran sabiduría: todos sabemos que ciertos individuos de esas características fueron capaces de cometer actos de absoluta perfecta barbarie. Ser civilizado significa ser capaz de reconocer la humanidad de los otros, aunque tengan rostros y hábitos distintos a los nuestros; saber ponerse en su lugar y mirarnos a nosotros mismos como desde afuera.
Y concluiré con este poema titulado EL DESAFIO:
Los rostros cambian
con los años,
con el tiempo…
incluso terminan
y quedan para siempre
inexpresivos.
Lejos palpitan los corazones
desnudos de esperanza,
ahogados en las penurias de la civilización,
se consolidan países,
nacen otros,
algunos se mantienen en pie
Esperando al sol.
Crecen los desvelos,
y ya no existen lámparas mágicas.
Todos entramos en la desafortunada
profesión de la tecnología,
lejos de defender nuestro lecho.
Humanidad sin rumbo,
hacía algún lugar,
donde no reine
la globalización incierta
de nuestro andar.
Ali Salem Iselmu
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