sábado, septiembre 05, 2009

Bajo el cielo azul



Día tras día se espera el mañana, ya había pasado mucho tiempo y muchos perecieron en la contienda hacia el encuentro que todos esperamos, ayer él estaba allí con ella y me contó que la vio reflejada en su espejo azul bajo la lluvia de Tiris. Estaba empapada de júbilo, su corazón se engrandecía bajo el nuevo sol que la acariciaba entre la multitud que gritaba su nombre, ella en la cumbre, triunfal se desnudó de su pesadumbre y repartió su corazón de alas blancas entre la gente que la clamaba sedienta de la eternidad de su esperanza.

Todos, hombres, mujeres y niños estaban bajo su lluvia y todos querían purificarse con su aire, su brisa de mar, su olor a tierra mojada, ella se encontró deseada en todas esas miradas y desde el silencio nos dijo con un puñado de arena en su mano:

– Bienvenidos todos, esta es vuestra tierra.

Y todos la sintieron santa, virgen y bella entre sus brazos.

– Me convertiré en arena bajo vuestros pies cuando termina la lluvia, mi corazón andará risueño en cada grano, desnudo al sol, a la luna y los que son de verdad dignos de este día – nos dijo.

Terminó la lluvia y ella tan bella se desvaneció sin dejar huella, la multitud en el polvo de la alegría se miraba y se abrazaba, tiernos purificados, la buscaban y no le encontraron rastro y en la cumbre donde había estado, un hombre mutilado de guerra apoyándose sobre su muleta nos gritó:

– Ella está en la tierra bajo este cielo azul de libertad.

Saleh Abdalahi

Ilustra el post "Emoción suspendido" de Leyla Murr

1 comentario:

  1. Ha sido una grata sorpresa descubrir este blog, cuando pretendíamos agradecer vuestro acertado comentario sobre El español en el Sáhara Occidental publicado en nuestro blog

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