Cuando el autobús atravesó aquel pueblo
bañado por el mar cantábrico, sentí el olor del océano que recuerdo de pequeño
en mi ciudad. Observé las montañas, vi las vacas pastando sobre hierba. El mar
y la montaña verde se miraban. Los dromedarios observaban los acantilados
surcados por la arena, iban al pozo en busca de agua. África el continente
inmenso, el de las mil lenguas, la tierra del escritor maliense Amadou
Hampatebá. El hombre que descubrió las
bibliotecas humanas e impactado dijo «en África, cuando una persona
anciana muere, una biblioteca arde». Amadou escribió en hermosos cuentos toda
la tradición “pelule”, mientras el escritor Donato Ndongo de Guinea Ecuatorial
es el autor de la novela “Las tinieblas de tu memoria negra” y la escritora de
Benín Agnes Agboton escribió los cuentos “Eté utú”. África estaba presente en
el evento organizado por la fundación asturiana “Pájaro azul” bajo el título
“Flujos migratorios en las literaturas africanas”. La presidenta de la
fundación Inmaculada González había conocida el continente del poema, del
relato, de la selva tropical y del desierto. Un continente que atrapa por su
diversidad, por su tamaño y fuerza. En África nació el hombre, la selva y el
desierto. Sus pobladores han narrado, cantado y escrito sobre lo invisible y lo
imaginario.
Estaba la literatura saharaui bajo el
argumento del “Origen e identidad”. Chej Mohamed El Mami, Badi y Beibuh, sus
versos y sus palabras en hasania, danzan sobre el viento de arena bajo la luz
de las estrellas. África, el África de los nómadas pastores los que lloran a
las montañas. Susurran bonitas melodías a la soledad del paisaje y sienten la
nostalgia de los lugares de acampada. La literatura saharaui en español estuvo
presente a través del exilio de varias generaciones.
África nació en los ojos del profesor
Vicente Montes Nogales cuando tradujo las dulces palabras de Roukiatou
Hampatebá, la hija del padre de las bibliotecas humanas y de la tradición oral.
Roukiatou dijo «África es negra, pero no oscura, brilla con su propia luz». En
la tarde lluviosa de Oviedo, África nació entre lágrimas, reclamando su propia
historia. Negándose a morir en el Mediterráneo.
Oímos palabras en fulani, hasania, yoruba,
francés, español y en las mil lenguas que se hablan en África. La niña de los
cuentos salió entonces descalza en busca de la catarata que mira el mar. Ella
sabía que era africana que era negra y sus ojos brillaban entre lágrimas.
Jornadas literarias "Flujos
migratorios en las literaturas africanas". Organizadas por la
Fundación El Pájaro Azul, una ONG asturiana que nació en Oviedo en 2009, estas
jornadas literarias están enfocadas hacia las narrativas que surgen desde la
experiencia de la migración.
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