*Recopilado por Resistencia Saharaui
Nº1
Mientras el viento azota nuestras caras,
observamos que las jaimas son testigos de nuestra presencia en ésta parte del
inhóspito gran desierto del Sahara. A veces, solo a veces, sentimos que la otra
parte del mundo no sabe de nuestra existencia. Cuando tomamos el té, rodeados
de niños, con la algarabía de voces y las permanentes sonrisas, nos damos
cuenta que somos felices. Si miramos al cielo y las estrellas nos saludan desde
la infinita lejanía, sabemos que somos libres.
Wilaya de Bujdur, 19-03-2013
Nº 2.
Estaba en un pequeño montículo, sentada
sobre un bloque, que seguramente había sobrado de una antigua construcción. El
sol ya estaba alto y el día amanecía resplandeciente. Como me daba la espalda,
no pude verle la cara. Solo tenía como referencia su hermosa melhfa color
cielo, estampada de flores rojas. Me acercaba a ella sintiendo que algo me
atraía. Me cautivaba su olor a clavo y canela. Cuando pude verle la cara, sus
bellos y grandes ojos estaban tristes y anegados en lágrimas. Esa misma mañana
había perdido al amor de su vida.
Bujdur 20 – 03 -2013
Nº 3
Se sentía el olor del brasero encendido.
El humo del fuego se esparcía por la tranquilidad de la tarde y evocaba
recuerdos familiares.
Entrar en la jaima era encontrarse con la
sonriente mirada de la madre, que era su amuleto de la suerte. El ritual del té
comenzaba sin apenas hablarse. El ruido del caliente líquido cayendo en los
vasos era el punto de partida para comenzar una conversación que resumía la complicidad
entre madre e hijo. Como todas las madres, ella se interesaba por los mínimos
detalles de su cotidianidad. A él, le gustaba estar cerca de esa persona que
destilaba amor por todos los costados y le daba seguridad. Aunque hacía mucho
tiempo que la infancia había pasado, era un niño indefenso. Siempre tuvo con
ella un gran secreto, nunca tendría el suficiente tiempo para decirle lo mucho
que la amaba.
Bujdur, 21-03-2013.
Nº 4 . A las mujeres saharauis. Sin ellas
no seriamos nadie.
La abuela estaba sentada directamente en
el suelo. Era verano, hacía calor y el sol se había retirado tras el horizonte.
Los niños, sus nietos y otros vecinos, la rodeaban y escuchaban sus historias.
No contaba fábulas o relatos de animales, su pensamiento era otro. Emocionada
le vinieron a la mente los momentos de su juventud, cuando participaba junto a
sus compañeras de lucha clandestina. Recordó el día que recogió a sus pequeños
hijos y abandonó aquella ciudad a la que tanto quería, al verse rodeada de
gente extraña. Revivió el miedo a los bombardeos y el enfrentamiento directo
con la muerte. La huida a ninguna parte en un tumulto de personas desconocidas.
La llegada a una tierra seca y parda sin principio ni final donde tuvieron que
establecerse. Sintió en su corazón el dolor por la pérdida de personas
queridas. Cuando sus ojos se vieron traicionados por las lágrimas, miró de
frente a los niños y con la fuerza de las mujeres saharauis, señalando el
horizonte, les dijo: “allí hacia el oeste, está vuestro país”.
Bujdur, 22-03-2013.
Nº 5.
La noche es fría y oscura. Corre una
brisa que huele a mar, aunque el mar esté a cientos de kilómetros. Las noches
en la soledad del desierto son indescriptibles. Millones de estrellas en un
baile de plateada estela cubren un espacio sideral, que se antoja infinito,
ante la inmensidad de los pequeños fueguitos, que embelesan la mirada. La
misteriosa belleza de los fugitivos astros en un cielo sin fronteras,
empequeñece mis sentidos. Pierdo la mirada contándolas mientras me hipnotizan
en un laberinto sin posible salida. Cuando mis ojos se pierden en la
profundidad de la noche, llega hasta mi el llanto casi apagado de un niño que
me devuelve a la realidad. A mi alrededor miles de personas, abrazadas a su
dignidad, duermen soñando que el sol de la mañana los acercará a la libertad.
Bujdur, 23-03-2013.
Nº 6
Todavía tengo la esperanza de ver cosas
que me hagan creer en un futuro mejor, quizá no para mí, pero si para las
generaciones venideras.
Hoy he tenido la oportunidad de ver
imágenes de la represión marroquí contra la población saharaui en los
territorios ocupados, sobre todo el ensañamiento contra las mujeres. Quizá no
sea políticamente correcta mi reflexión, pero hubo momentos en que me ponía en
su lugar y mi sentimiento era de utilizar la violencia más brutal contra los
policías que castigaban sin piedad a las mujeres en las calles de El Aaiun.
Conozco a los marroquíes, he visto cientos de ellos hechos prisioneros con las
armas en la mano durante la guerra y tratados humanamente durante años por la
población de los campamentos de refugiados. El pago que estamos recibiendo no
es el que esperábamos. La reacción del régimen marroquí contra nuestra
población ha abierto una herida que difícilmente se pueda cerrar. Ahora más que
nunca los saharauis están dispuestos a sacrificarse por restituir su derecho a
vivir en libertad.
Paseando por el campamento esta mañana,
me llamó la atención un partido de futbol bastante especial. Había decenas de
niños que corrían detrás de un balón. No llegué a distinguir los equipos,
porque todos siempre iban en la dirección en que iba la pelota. Los uniformes
tampoco me ayudaban a distinguirlos, había niños con camisetas, sin ellas, con
camisas, con abrigos, con pantalones largos, cortos, rotos, con gorras, con
calzado, sin él; los que han estado en los campamentos saben a qué me refiero.
Dentro de ese desorden había algo que los unía; todos reían o sonreían mientras
corrían tras el balón.
Los niños saharauis, aun dentro de todas
las dificultades que conlleva vivir en los campamentos de refugiados, no han
perdido la sonrisa ni la felicidad.
Tengo la esperanza de que las futuras
generaciones de saharauis con su sonrisa y ansias de libertad y justicia,
puedan acabar con la brutalidad que están demostrando los represores marroquíes
en los territorios ocupados de nuestro país contra esas bellas y altivas
mujeres que se niegan a ser esclavas de su destino.
Bujdur 25-03-2013
Nº 7.
Hace una noche bellísima. El reflejo
plateado de la luna cubre todo el desierto y nos poetisa* el corazón. Todo es
tranquilidad y belleza a nuestro alrededor. Grupos de chicos y chicas sentados
en cualquier lugar disfrutan del momento mágico. El gran astro redondo y
trasparente nos hipnotiza cuando fijamos nuestra mirada en sus contornos
perfectos. Los niños juegan alegremente alrededor de las estoicas jaimas,
testigos de nuestra supervivencia. Brota una extraña felicidad de lo más
profundo de nuestra existencia. Nos envuelve el misterio de las blancas noches
que han nacido para el amor, la música y la poesía.
Sólo los corazones que derrochan ternura
pueden rendirse al embrujo de la luna, en nocturnos momentos, donde nos
sentimos flotar en un mar de espumosas olas. Cuando alcanza su cenit, la mano extendida
de alguien que nos ama nos puede arrojar al precipicio de la felicidad absoluta
y eterna.
Sería hermoso que todas las noches fueran
de luna llena para que lo mejor de nuestros sentimientos pudieran brotar de lo
más profundo de nosotros mismos y lanzarlos al aire sintiendo que en momentos
difíciles podemos ser felices.
*poetisar el corazón.- No creo que
exista, pero es lo único que expresa el sentimiento.
Bujdur 26-03-2013
Nº 8. – Alguien le dijo…
Alguien le dijo que en el desierto los
beduinos perseguían las nubes. Montaban en sus camellos con todas sus pertenencias
y se iban a buscar un lugar más propicio para ellos y sus ganados. Le parecía
una fábula inventada por algún visionario que no entendía la vida en el
desierto. Por si hubiera algo de verdad en ello, comenzó a interesarse por la
vida de la gente del Sahara.
A los pocos años ya entendía lo que
significaba perseguir las nubes. Comprendió el significado de la metáfora y se
propuso recorrer aquella tierra siguiendo la estela de “los hijos de las
nubes”, para sentir lo que ellos conocían desde tiempos inmemoriales.
Recorrió el desierto de norte a sur, de
este a oeste. Se sentaba en el suelo con los pies cruzados, comía con las manos
el cus-cus y la carne que le ofrecían, bebía el agua que recogían de la lluvia
en un cuenco que compartían todos. La paciencia de las tertulias se enriquecían
con la ceremonia del té, alrededor de un brasero encendido, donde las llamas
formaban extrañas siluetas.
Al cabo del tiempo, entendió que el
hombre del desierto no se apega a la tierra porque sería encadenarse a ella.
Ser “hijo de las nubes”, significa perseguir la libertad.
Bujdur, 27-03-2013.
Nº9.- Carta a los Héroes de Gdeim Izik
No os preocupéis por lo que pueda pasar.
Siempre habéis tenido la conciencia tranquila respecto a lo que tenéis que
hacer en cada momento. Habéis comprendido que hay que sacrificarse para lograr
los objetivos soñados. Vuestra sonrisa será la puerta que da confianza a
quienes os rodean. Siempre fuisteis valientes de los que van en vanguardia a
pecho descubierto. Combatís al enemigo sin rabia, mirándoles a los ojos; con la
denuncia de la injusticia, pensando en la situación de vuestro pueblo.
No habéis cometido crimen alguno.
Vuestros enemigos os temen precisamente por eso, porque los habéis descubierto
y los denunciáis sin temor. Intentando acusaros, se han convertido en
culpables. Han pensado que condenando a 24, atemorizan al pueblo saharaui. No
saben que hemos entendido el mensaje, os acusan precisamente por eso, por ser
saharauis. Al ir contra vosotros, se han enfrentado a todo vuestro pueblo. Montando
la farsa de juicio, ilegal a todas luces, el asesino régimen invasor, una vez
más, ha demostrado que no respeta los derechos del pueblo saharaui ni las
resoluciones que lo acusan como país ocupante.
El mundo ha sido testigo de la
repercusión de “Gdeim Izik” y la brutal respuesta de Marruecos a la resistencia
pacífica del pueblo saharaui. Vosotros sois la prueba de esa reacción.
La condena no es nueva, no olvidéis que
estamos condenados desde el día 6 de noviembre del año 1975.
Hace muchísimos años, un gran estadista
al ser condenado dijo” Podéis condenarme, la historia me absolverá”. A vosotros
la historia ya os ha absuelto. Vuestras condenas, son nuestras condenas.
Bujdur 28-03-2013.
Nº 10. Se cruzaron…
Se cruzaron sus miradas, fue solo una
ráfaga de luz. Él percibió la inevitable duda de haberla conocido en otro
tiempo. Era el día perfecto para recordar el pasado, un sol alegre rodeado de
un azul intenso que más que cielo, era mar. Era un día festivo sin fiesta, con
niños correteando entre las jaimas y mujeres celebrando alguna boda o bautizo.
La siguió desde la distancia por el
laberinto de tiendas y casitas de adobe del campamento con la intención de
conocer su identidad. Su timidez le impedía abordarla directamente para acabar
con la intranquilidad que le producía la duda que lo embargaba.
De repente, le dio un vuelco el corazón.
Con nitidez recordó quien era ella. Allá por enero de 1976, protegiéndose de
los bombardeos, habían compartido, en la soledad del miedo, una miserable
trinchera. Todavía sentía el calor de su cuerpo en el suyo.
Bujdur, 28-03-2013.
Nº 11.- Imagine
Era perfecto el momento, me encontraba
recostado en la jaima rodeado de gente diversa. Esperaba uno de los vasos de
té, no recuerdo si era el de la vida, el amor o la muerte. Soñaba con los ojos
abiertos. Mi mente se llenó de deseadas imágenes que producían dolorosa
nostalgia.
Dejé volar mi pensamiento para ver que el
esfuerzo de tantos años de lucha daba sus frutos. Por fin los saharauis
podíamos disfrutar de la anhelada paz. Ya no había presos políticos en las
cárceles marroquíes, los campamentos habían desaparecido, los reyes se
volvieron dóciles, volvíamos con aire triunfante a nuestros hogares.
El encuentro entre los saharauis de las
dos partes era apoteósico. Las lágrimas eran testigos mudos de la alegría y el
sufrimiento. Era un sueño que nos hacía volar en una nube de esperanza y
felicidad. Un momento para ver que la vida tenía sentido y que los sacrificios
se habían visto recompensados.
Teníamos la meta a nuestro alcance, llegaba
como ardiente siroco, limpiando de impurezas la patria ensangrentada. Los
compañeros caídos sonreirían desde el más allá y disfrutarían de la fiesta por
la que dieron su vida. Un nuevo amanecer de futuro esperanzador se abría ante
nosotros.
De repente, una inocente mano infantil,
me ofrecía el té de la realidad.
Bujdur, 02-04-2013.
Nº 12.- Maldito…
Maldito seas mil veces. Te odio
profundamente porque utilizas tu asquerosa mano para abofetear a gente
inocente. Recuerdo tu cara de perro rabioso golpeando sin piedad a una
indefensa mujer. Te retengo en mi retina para enfrentarme a ti cuando llegue el
momento oportuno. Vi la sonrisa dibujada en tu cara cuando cometías las
tropelías y escuché tu risa cargada de insultos al patear sin piedad el cuerpo
inerte de la joven caída. Seguiré acumulando odio mientras sigan llegando
imágenes de lo que haces. Cada golpe dado será vengado mil veces. Cada gota de
sangre derramada la sufrirás en tus carnes. Te golpearé con tanta saña, que
recordarás aterrorizado cada minuto que dedicaste a la tortura. Mi orgullo no
me permite soportar tanta injusticia. Mi dignidad se rebela ante la
arbitrariedad de tu podrido cerebro de asesino a sueldo. Escupo toda mi rabia
en tu cara y te maldigo por los siglos de los siglos.
Espero que mi mensaje llegue a tus oídos
maldita serpiente venenosa. Cada vez que golpees a una mujer saharaui, no
olvides que estás aumentando mi odio hacia ti. Controlaré tus pasos para que
llegado el momento pueda recordarte porqué te hago sufrir. Sufrirás tanto, que
me rogarás que acabe con tu vida.
Es difícil borrar las imágenes vividas
estos días. Los llantos, lágrimas, gritos, sangre y desnudez de nuestras
hermanas se mezclan en mi cerebro y me producen mucho dolor. Mi otra mejilla no
está dispuesta a recibir más castigo. El perdón y el olvido no están dentro de
mi lenguaje.
No quiero odiarte, pero mereces ser
odiado. Lo poco que te quedaba de humano lo has perdido en las ciudades
saharauis. Con tu actitud, has logrado quitarme parte de mi humanidad. Ahora,
te aborrezco y siento pena por ti. Tengo miedo de convertirme en una alimaña
sin sentimientos, repitiendo tus mismos errores. No quiero ser odiado por
imitarte cometiendo tus pecados. Sentiría una gran pena si me condenaran igual
que yo hago ahora. No me convertiré en un perro rabioso, prefiero que vivas
condenado por tu conciencia.
Maldito torturador, siempre que golpees o
hagas sufrir a una mujer saharaui, no olvides que miles de nosotros nos
sentimos ultrajados y te odiamos profundamente.
Bujdur, 31-03-2013.
Nº 13.- En la sala…
En la sala semioscura, el silencio lo
rodeaba todo. Las miradas no se apartaban de la mesa central, donde se hacía
referencia a los Derechos Humanos. El conferenciante hablaba despacio,
refiriéndose a casos concretos descubiertos. Cada vez que recordaba una
violación, una nube de tristeza volaba sobre las cabezas de los presentes. La
incertidumbre comenzó a invadir el ambiente y las lágrimas brotaron de muchos
ojos. Nadie quería que lo vieran llorar, pero lo que oían, no era humano.
Dolía lo que estaban oyendo. Eran muchos
los bombardeos pasados, los cementerios clandestinos, los desaparecidos
censados, las formas de tortura, las cárceles existentes. Imposible soportar
tanto sufrimiento en el recuerdo.
El espacio se convirtió en un rugido de
indignación. Todos se miraban entre si y cada uno comprendía, sin hablarse, al
vecino. De alguna manera todos habían compartido los sufrimientos que se
relataban.
Cuando el murmullo se apoderó de la sala,
una anciana que se encontraba en la última fila, pidió la palabra. Su historia
se asemejaba a muchas otras, había abandonado su ciudad al comienzo de la
invasión, perdió a tres de sus hijos en la guerra, su marido había muerto en
una cárcel y una de sus hijas había sido violada por un policía marroquí. Con
el orgullo de las mujeres del Sahara, derramando lágrimas sin llorar, preguntó:
¿Servirán los informes para que el pueblo saharaui pueda ser libre?
Bujdur,
04-04-2013.
Nº
14.- Barça contra Madrid…
Todos los días se aprende algo. En los
campamentos, donde no existe absolutamente nada, la afición al futbol es
impresionante. Todos los niños lo practican y cada uno tiene su equipo
preferido. La culpa la tiene el proyecto “Vacaciones en Paz”, donde empieza la
afición a través de las familias de acogida. Absolutamente todos son hinchas
del equipo de su región, más el Barça o el Madrid.
Tengo un sobrino de diez años que podría
defender un doctorado sobre el equipo catalán. Sabe absolutamente todo lo
concerniente a los del Camp Nou y cualquiera que no comparta su afición, se
convierte en su enemigo. Para él, el Barca es el mejor equipo del mundo y su
estrella Leonel Messi es incomparable. Cuando el Madrid gana es simplemente
porque tiene suerte. Por supuesto, lo que hace Ronaldo no es nada del otro
mundo. Los aficionados del Madrid , como es lógico, opinan lo contrario.
Un encuentro Barça-Madrid es un
acontecimiento en los campamentos. Ese día los niños se olvidan de las
difíciles condiciones de vida para centrarse en el espectáculo deportivo y
comentar las jugadas más impresionantes del partido. Dentro del impacto
emocional que pueda tener para el que pierda, es indudable que se sienten
felices.
Esa rivalidad sana que existe en los
campamentos de refugiados entre los niños, se convierte en una reivindicación
política en los territorios ocupados del Sahara Occidental. El Barcelona es el
equipo de los saharauis mientras el de la capital de España representa a los
marroquíes, con todo el significado que lleva implícito. Los goles de Messi son
verdaderos puñetazos en la cara del régimen de Rabat.
Siempre que el Barça consigue la
victoria, los saharauis reciben una inyección de libertad.
• Que no se sientan ofendidos los
aficionados del Real Madrid.
Bujdur 06-04-2013.
Nº 15.- Había visto…
Había visto la foto en alguna parte. No
recordaba ni el lugar ni la fecha, solo se había quedado con la sensación que
había adoptado una postura sensual para que se fijara en ella. Su amplia
sonrisa, de labios rojos, resaltaba en la luminosa estancia de una casa
desconocida. Sin saber la razón, desde ese momento, la imagen se convirtió en
una obsesión que le persiguió durante meses. Buscando respuestas, escrutó cada
centímetro de aquella foto. La mujer misteriosa lo miraba, lo invitaba a
reposar a su lado. En el fondo de su memoria, percibía una sensación extraña;
en algún lugar se había encontrado con aquellos ojos, necesitaba penetrar en
ella a través de su misteriosa mirada.
Un domingo por la mañana paseando junto
al mar, cuando menos pensaba en ella, en una terraza abarrotada de gente, la
mirada lo fulminó. Ella estaba allí, acompañada. Lo miraba fijamente, pero no
lo veía. La conoció en un viaje sin compromisos, donde contaron estrellas en
una noche oscura. Comprendió que los ojos que amaba desde hacía tiempo estaban
apagados para su corazón.
Bujdur, 07-04-2013.
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