domingo, julio 06, 2008

Presentación del libro “Nómada en el exilio” de Mohamed Salem Abdelfatah Ebnu.




Palabras de Antonio Polo, editor y director de la revista literaria Ariadna-RC


Por tercera vez tengo el privilegio de participar en un acto de presentación relacionado con la poesía y la cultura saharaui. Y hoy la satisfacción, si cabe, es doble por dos motivos: En primer lugar, como escritor, porque presento a un extraordinario poeta, y por otra, como editor, porque se trata de la obra de un poeta saharaui.

La primera vez que me acerqué a la cultura de este extraordinario pueblo, he de confesar que lo hacía con una aproximación distinta, al menos a priori. Me seducía la idea primera de hacer justicia, de acercar a los lectores una realidad cubierta de polvo, vergonzosa y olvidada, desconocida, para ser honrado, y me lancé a la arena con un cierto grado de inconsciencia. Si no hubiera sido por la ayuda de dos extraordinarias personas: de Conchi Moya y de Bahia M. H. Awah me hubiera perdido, nos hubiéramos perdido una oportunidad de oro. ¡Que sí Antonio, que hay un puñado de poetas saharauis! –solia decir Bahía- ¡Que hay poetas saharauis muy buenos! ¡Que sí, que además escriben en español! ¡Que son saharauis, Antonio que son poetas! ¡Verás qué monográfico va a salir! Y me lo decía con una amplia sonrisa, con esa tranquilidad pasmosa que también compartimos andaluces y saharauis.

Este fue el primer poema de un poeta saharaui que leí, una noche de verano, hace ahora cuatro años. Se titula:

M I M U N D O

Me detengo
en las esquinas de la nostalgia
para ver desfilar a las serpientes
que me envenenaron.
Me asomo
a las venas de la noche
y veo todos los ojos tristes
que me han mirado.
Miro a mi alrededor
y sólo veo reptiles
que se disputan el corazón
de una muñeca de trapos.
Me miro por dentro
y veo a un hombre
ahogarse en las heces
de un cuarto de siglo.
Luego me desnudo
y salgo a tomar café,
a amar a la noche
en la soledad de un cementerio.

Este poema, que es casi una declaración de principios, conjuga todos los elementos que son comunes a los nómadas y los exiliados: los sueños, la añoranza, la memoria. Y es que uno no es consciente de la fuerza de esos versos de Ebnu hasta que no ha tenido la oportunidad de contemplar el atardecer desde un cementerio saharaui.

Ayer, mientras preparaba esta introducción, asistí, como muchos de vosotros a otra declaración de principios, decidida también y vitalista, como la que ha venido protagonizando Ingrid Betancourt a lo largo de otro penoso exilio. Y si la cárcel de todo lo que ella representaba tenía un muro verde de manglares y vegetación, el que representa el de Ebnu en su fiereza amarilla de polvo y pedregales me parecía a mí que en diferentes contextos venía a ser lo mismo. Porque no nos equivoquemos hablamos de lo mismo, de los sueños, la añoranza, la memoria. Sin embargo, hay algo distinto entre lo que representa Ingrid Betancourt con lo que representa a Mohamed Abdelfatah, y es que Ebnu no tiene pasaporte francés. Y es que él, que tiene la generosidad de obsequiarnos su poesía en la lengua de Cervantes, en cambio las distintas Administraciones que esta lengua representa ha hecho gala de una tibieza a los largo del último cuarto de siglo que no tiene calificativos.

En todo caso, en Nómada en el exilio resuenan con rotundidad las voces que gritan en el desierto, en la hamada argelina, el peor trozo de tierra del planeta. En los poemas recogidos en la obra, transpiran los sueños de libertad del pueblo saharaui, con versos enérgicos y vitalistas, como los colores de las melhfas que visten sus mujeres en el desierto

Quiero ahora dirigirme expresamente a los asistentes a esta lectura. Quiero deciros, ahora que tenéis la oportunidad de asistir a esta presentación, que miréis directamente a los ojos de Ebnu, luego esperad a que la pulpa fresca de su sonrisa deje paso franco a sus versos. Escuchadle atentamente, y veréis como de entre cuyos versos y de entre cuyas manos surge, sin duda, la palabra “sueño”, esa que está escrita en el frontispicio amplio de una generación llamada, por derecho propio, Generación de la Amistad.


2 comentarios:

  1. Anónimo4:16 a. m.

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  2. Anónimo5:42 p. m.

    Gracias amigos por hacerme partícipe de vuestros sueños, vuestros trabajos, éxitos y nostalgias

    Celebró la nueva presentación del poemario , y le auguro una feliz aceptación por parte del público en general, los sentires o palabras de las almas suelen calar bien hondo, ojala la cultura sea el mazo que derribe el muro de la incomprensión y devuelva la esperanza y la ilusión a vuestro pueblo

    Cariñosamente Carmen Andrés

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