domingo, diciembre 09, 2007

Intervención en la en la V SEMANA DE LA SOLIDARIDAD en la Universidad Autónoma de Madrid





Para hacer un balance crítico y de perspectivas sobre la cultura saharaui y su importancia, hay que tener en cuenta que ningún artista, escritor o poeta puede cumplir su misión de representante de su cultura sin un fiel dominio y constante descubrimiento y profundización de esa identidad objetiva que lo identifica. De todo ello depende su éxito y la captación de su mensaje. Y sobre todo cuando lleva un compromiso con una causa legítima amparada en la implementación del derecho internacional.


Dicho esto, el rol a jugar consiste en saber hacerlo, dónde, cuándo, cómo y con quién.


En estos años de exilio hemos conocido un digno ejemplo de esa lucha del intelectual y del artista, el palestino Edward Said, premio príncipe de Asturias junto al israelí Daniel Barenboim, ambos unidos por una misma causa de paz y de cumplimiento de un derecho inalienable. Edward Said en sus famosas conferencias “Representaciones del intelectual” decía que “el intelectual es un individuo dotado de la facultad de representar, encarnar y articular un mensaje, una visión, una actitud, una filosofía o una opinión para y en favor de un publico”.


En este planteamiento consiste nuestro compromiso arropados por amigos escritores, profesores y artistas, simpatizantes y defensores de la causa saharaui. Sabemos perfectamente que nunca podremos compartir con los políticos nuestras ideas porque tenemos antagonismo por naturaleza en la visión y enfoque de las mismas y porque hablamos claro al poder.


Como escritores y poetas saharauis creo que nos encaminamos en esta dirección desde que nos constituimos en 2005 como Generación de la Amistad, vanguardia intelectual saharaui surgida en un proceso de liberación nacional, manifestando nuestro irrenunciable compromiso con la conquista de las aspiraciones de nuestro pueblo. Nuestro compromiso hemos preferido que sea a través de la creación literaria que denuncia la injusticia, condena la violencia y reivindica con el poder del verso y la serena palabra nuestro derecho a vivir libres y en paz sobre nuestro querido Sahara.


Si recordamos cómo eran nuestros primeros pasos anteriores a la creación de Generación de la Amistad sólo teníamos una antología publicada (la precursora “Añoranza” que recogía los primeros versos escritos por algunos integrantes del grupo desde los campamentos de refugiados saharauis) y apenas rastro de nuestra presencia entre el mundo universitario, intelectual y artístico.


Sin embargo desde aquel salto cualitativo que fue la creación del grupo, arropados por Escritores por el Sahara y muchos amigos intelectuales españoles y de otras partes del mundo, hoy contamos con otras cuatro antologías y varios libros en solitario que se editaron en la Editorial canaria Puentepalo y universidades como la Autónoma y Alcalá de Henares de Madrid, la Universidad de Las Palmas o la universidad inglesa de Leeds; en preparación hay otra antología bilingüe en la universidad de Irving, California.


A todo este esfuerzo y dedicación y gracias a la ayuda de amigos aquí presentes (Ricardo Gómez, Pablo San Martín y Juan Carlos Gimeno entre otros) sumamos las decenas de creaciones literarias que alimentan desde entonces nuestra página web y otras revistas culturales. Notable es nuestra presencia en eventos internacionales, conferencias, congresos, y entrevistas con importantes medios de comunicación. Un hecho novedoso es la posibilidad de aparecer en una antología con escritores del Norte de Africa en español. Compartiremos páginas con escritores marroquíes, argelinos y tunecinos como lo que somos: escritores saharauis.


Malik Hadad, autor argelino que escribía en francés, afirmó "La lengua francesa es mi exilio" (me hago eco de un artículo dedicado a la Generación de la Amistad por la Unión de Periodistas y Escritores Saharauis). Por el contrario, para nosotros el español, lengua de nuestra creación, no supone desarraigo si no que es una parte más de nuestra identidad. No lo sentimos como una imposición, si no como un legado diferenciador con respecto a Marruecos y motor de acercamiento a otros muchos pueblos, entre otros los de Iberoamérica. Nosotros no hemos abandonado nuestras raíces; aunque seamos creadores en español nuestra creación literaria bebe en nuestra realidad cotidiana y nuestras tradiciones milenarias. La nuestra es también una poesía de resistencia pacífica.


Nos fijamos como meta a conseguir hacer llegar nuestra creación a nuestros compatriotas saharauis tanto en los campamentos como en los territorios ocupados. Aunque nos consta que la antología “Aaiun, gritando lo que se siente” circula en el Sahara ocupado y los activistas de derechos humanos son conocedores de este compromiso con su activismo pacífico.


Tal vez por ese antagonismo entre el intelectual y el político, no nos hemos sentido arropados en nuestra lucha intelectual por nuestros propios políticos, que acabarán por entender la importancia del activismo cultural, en especial en un proceso tan justo como el saharaui. Sin embargo nosotros no dejaremos de cantar la hermosura de nuestra tierra y de nuestra causa.


Ante la indiferencia del entorno político y el bloqueo informativo que conoce la causa saharaui, y aunque se nos hayan cerrado muchas puertas, se nos han abierto otras grandes, entre el mundo artístico universitario e intelectual, porque nuestro mensaje y lucha se hace y se capta con la palabra franca y así llega a miles de corazones que aman y defienden la justicia, la democracia y la paz.







Bahia Mahmud Awah

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