Hamdi Yahdih. Periodista saharaui. 19/08/2007
Publicado en la web de UPES: UNION DE
PERIODISTAS Y ESCRITORES SAHARAUIS.
La Generación de la Amistad es un grupo de
escritores y poetas saharauis que lleva a cuestas una causa, una patria. Con
ellas han recorrido el mundo de exilio en exilio hasta establecerse en la
potencia colonizadora. Escriben sobre su causa en la lengua de la metrópoli y
así viven en un exilio moral al que les han precedido muchos.
Malik Hadad, autor argelino que escribía en
francés, fue el eco tronante y triste que resumió todos los aspectos del
desarraigo cuando dijo: "La lengua francesa es mi exilio". Desde
entonces el eco se repite en todas las gargantas de los escritores que se
encuentran exiliados, presos, o asfixiados por una lengua extranjera, máxime si
es la del colonizador. De hecho, algunos sienten que es muy difícil, quizá
imposible, eludir la fuerza de atracción de la triste realidad del destierro
moral.
Escribir en la lengua colonizadora no deja
de ser un exilio, pero si se hace con el espíritu de la tierra, de la familia y
la causa, ¿se debe dejar al escritor así en su destierro o aliviar su tormento
traduciendo y devolviendo su obra a la lengua de origen? Es lo que todo el
mundo hace con los hijos que escriben en la lengua del colonizador por
necesidad más que por amor.
De exilio en exilio como si fuera obra del
destino.
El verano pasado, mientras navegaba por
Internet en los campamentos de refugiados, descubrí unas poesías escritas por
plumas saharauis en español. Sin embargo, su corazón latía con la patria
saharaui, su esencia cantaba al Sahara en toda su extensión. Cuando pregunté en
el círculo saharaui si alguien conocía a unos poetas que componían en español,
la respuesta fue escueta: hay un grupo de jóvenes en la emigración que escriben
poesía en español. Eso fue lo todo lo que mis pesquisas consiguieron recabar de
los que siguen la creación cultural saharaui y su apagada escena.
Y debido mi inspiración con estos extractos
y poemas traduje algunos de ellas y lo he publicado en el periódico Sahara
Libre en su edición de septiembre de 2006 con algunos comentarios y breves
notas. En algunas de estas notas me acompañaron sentimientos y me sentí
invadido por las delicias de algunos poemas y versos, y quedaron en mi memoria
su belleza y su representatividad hasta que descubrí en estos últimos días una
nueva página informativa donde se aglutinan todos estos poetas y escritores
saharauis en vida y alma creando con la lengua española en la que se han
refugiado.
Entré en la página web o más bien en la
jaima literaria de este grupo, pero antes de leer sus escritos tuve que
informarme sobre sus nombres a través de unas breves biografías de cada uno de
ellos.
Descubrí que son un grupo de jóvenes
intelectuales saharauis exiliados en España debido a determinadas situaciones,
pero no sólo esto, son además un grupo de amigos que comparten mucho en común,
todos ellos estudiaron en Cuba [NOTA: con la excepción de Zahra Hasnaui y
Mohamed Ali Ali Salem] largos años y lejos del apoyo psicológico y el calor de
la familia, también lejos del olor del Sahara, la patria prometida; todos ellos
también han participados en la edición de preciosos libros editados entre otros
lugares en Madrid y Zaragoza.
Todos pertenecen a una misma generación,
nacidos a principios de los años setenta, y todos comparten un denominador
común, su vaivén entre varios exilios que unió sus corazones en un exilio sin
precedentes. El destierro de la patria, de sus recuerdos y vivencias en los
campamentos de refugiados a mitad de los años setenta, el destierro lejos de la
familia y de la tierra para marcharse a estudiar en Cuba, se pusieron por medio
océanos dejando la familia atrás, durante más de quince años en algunos casos.
Su exilio como estudiantes en Cuba fue duro moralmente y psíquicamente por ser
doble exilio, de la familia y de la tierra.
Tras su regreso a los campamentos no se
establecieron allí, hicieron las maletas, como si estuvieran acostumbrados a
investigar el desarraigo o como si no se cansaran de ello o como si fuera para
ellos un destino inevitable, para afincarse en España lejos de la patria y de
la familia en un nuevo exilio, pero de otro modo diferente.
El exilio en una lengua y cualquier exilio…
Este grupo de jóvenes saharauis había
saboreado ya lo amargo de su exilio físico, lejos de la familia y la tierra, y
comenzó a experimentar en su último exilio un destierro especial, refugiado de
manera particular en la lengua de la metrópoli, identificándose con el grito
del escritor argelino Malek Hadad.
Y realmente el observador del
comportamiento de estos jóvenes encontrará que su refugio en la lengua colonial
es un destino ineludible porque fueron a estudiar en Cuba, país de habla
hispana, lengua del colonialismo que dominó su tierra. Y si fueron a estudiar
allí, tan lejos geográficamente de su tierra, no se debió a su elección y no
fueron con el objetivo de estudiar en la lengua colonial, aunque ese ha sido
uno de los muchos caminos que nos ha deparado el destino.
Sin embargo si estos jóvenes se han
exiliado en el espacio y la lengua es porque han resistido las doble teorías
del exilio y sus consecuencias, cruel resistencia que vencieron al final. Se
enfrentaron a este destierro manteniéndose unidos a la causa de su tierra a través
de la poesía y la creación literaria aunque sea a través ese legado colonial de
la lengua española.
Una de sus medidas de resistencia, que han
permitido que el exilio no se los trague, ha sido reunir recientemente su
destino en una jaima saharaui, creando algo similar a una asociación o unión,
denominada Generación de la Amistad saharaui, con la creación de una página web
que tiene el nombre de la “Jaima de la poesía saharaui” tras empezar a alcanzar
éxito en su producción poética y creación literaria.
Y es evidente que la creación de estos
jóvenes es una forma de resistencia al exilio y la ocupación, porque su web
lleva el nombre de “la jaima de la poesía saharaui” y con ello vislumbran una
jaima saharaui tejida de lanas de dromedarios en Tiris o en Zemur, iluminada
por un candil de literatura, de ella emanan olores del té, inciensos y clavos
de olor, montándola en el corazón de Al Andalus donde vivieron sus antepasados,
rechazando los brillantes salones.
El significado cívico que encierra su
denominación nos hace entender su difícil lucha en una realidad, y si no fuera
su añoranza a la tierra y a la familia no hubieran bautizado su web como “la
jaima”, tal vez hubiera sido “el club de la poesía saharaui”, influenciados por
la cultura occidental. Sin embargo, optaron por los vientos y los palos de una
jaima tradicional saharaui que resiste vientos y tempestades de todo tipo. La
producción literaria de estos jóvenes en su segundo idioma se alimenta del alma
saharaui y emana del mismo corazón.
Cuando uno se adentra en su poesía se
observan ricos recursos literarios de su propia cultura, y no se imagina que
estos jóvenes se hayan separado de las jaimas de su tierra aunque sea solo un
instante; su unidad en torno a los montes, la geografía y el patrimonio
saharaui y su uso en la poesía no dejan al lector de lengua española sentir que
está leyendo textos escritos por extranjeros y esto es debido a la sencillez su
cercanía y su amenidad al lector.
Este grupo de escritores ha publicado
varios libros entre los que se pueden destacar la antología Um Draiga, Versos
de la madera, Aaiun gritando lo que se siente, Versos refugiados y Voz de
fuego, entre otros importantes libros. Finalmente esperamos mucho de esta
exitosa experiencia, a la que prestaremos atención y dedicación especial para
que se traduzcan sus obras a la lengua materna y con ello disminuir a estos
escritores el peso del exilio y la añoranza de la causa nacional, de la que
cantan su hermosura.
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