Al aterrizar el avión en el aeropuerto londinense de Stansed, comprendí que el Mar Cantábrico estaba a mis espaldas y había pisado territorio británico, entendí que el desafío de enfrentarme a otra realidad distinta empieza desde un café hasta el sentido de circulación de los coches; el pincho de tortilla de patata había quedado en el País Vasco y la palabra “from” es origen y la palabra “to” es destino. A partir de allí vi que la poesía es mi destino y el desafío inmediato es llegar a la ciudad de Leeds, para ello tenía que coger el tren indicado por el profesor Pablo San Martín, tampoco me asusté cuando supe que había que cambiar de tren para llegar a Leeds.
Pero sabía que la fuerza decidida de mis versos haría lo imposible para que mi memoria transitara de forma lenta pero a la vez rápida llevándome a asumir la dificultad del desconocimiento de la lengua como un reto asumible con decisión en esa solitaria situación.
Inglaterra es una llanura verde llena de corderos, de alfalfa y flores amarillas; estos detalles naturales son la primera visión tierna que tranquilizó mis ansias de soledad en medio del tren que iba dirigiéndose a toda velocidad hacia Leeds.
En inglés alguien me dice “¿el asiento está libre?” y yo le contesto “yes, el asiento está libre”; en ese instante pasó por mi mente la palabra Peterborough y dije “caramba es el pueblo donde tengo que bajar para coger el tren de mi destino”. Intenté no distraerme y escuchar por megafonía todos los pueblos que iban anunciando hasta oír la palabra mágica Peterborough y dije leyéndome el pensamiento “estoy un poco más cerca de mis versos, de Limam, de Pablo, de Zahra y Ebnu”. Diez minutos después bajé de aquel tren que iba a toda velocidad a Birmingham New Street.
Cuando observé aquella estación de tren me di cuenta que era demasiado pequeña para perderme, no era el desierto de Tiris-Zemmur en el que algún día no supe distinguir entre el norte y el sur, entre el este y el oeste. La clave esta vez fueron las palabras “time-platform” en otro término hora y andén; supe el sitio con exactitud y me apresuré como alguien condenado a la prisa como solución y pedí un café con leche. La camarera me dio uno del tamaño de una Coca-Cola y me pregunté a mí mismo, extrañado de semejante tamaño, si había pronunciado la palabra café de forma correcta; empecé a saborear aquello que no era lo que quería y al mismo tiempo tenía la vista clavada en la pantalla de la estación mirando las llegadas y salidas. Al tirar el vaso en el cesto de basura vi llegar el tren, me aseguré primero que iba dirección a Leeds y corriendo subí al asiento pegado a la ventana, en ese momento estaba tranquilo porque sabía que en cuestión de una hora y media llegaría a mi destino; abrí la antología poética de Mario Benedetti y leí el poema “Táctica y estrategia” e intenté analizar de forma minuciosa cada palabra, cada frase y supe que mi táctica es dejar que el tiempo pase y mi estrategia es que anuncien inmediatamente nuestra llegada a Leeds.
Escuché el nombre de Wakefield y recordé la explicación de Pablo en el correo electrónico, miré la pizarra y me aseguré que la situación estaba bajo control, después de diez minutos llegamos a la estación, compré una Coca-Cola y en cuanto bebí el primer trago llegaron Limam, Pablo, Ebnu y Zahra. Mirándonos las caras nos fundimos en un abrazo.
TRANSLATION
Poesía, poetry
le dije yo en inglés
él no me entendió.
Le dije Universty of Leeds,
Bubisher, versos, fuego y esperanza;
él no me entendió.
Le dije poetry in Spanish
translation in English.
Entendió mis versos,
y me dijo:
Welcome to the United Kingdom.
Mayo 2006
Ali Salem Iselmu,
Generación de la Amistad Saharaui.
Pero sabía que la fuerza decidida de mis versos haría lo imposible para que mi memoria transitara de forma lenta pero a la vez rápida llevándome a asumir la dificultad del desconocimiento de la lengua como un reto asumible con decisión en esa solitaria situación.
Inglaterra es una llanura verde llena de corderos, de alfalfa y flores amarillas; estos detalles naturales son la primera visión tierna que tranquilizó mis ansias de soledad en medio del tren que iba dirigiéndose a toda velocidad hacia Leeds.
En inglés alguien me dice “¿el asiento está libre?” y yo le contesto “yes, el asiento está libre”; en ese instante pasó por mi mente la palabra Peterborough y dije “caramba es el pueblo donde tengo que bajar para coger el tren de mi destino”. Intenté no distraerme y escuchar por megafonía todos los pueblos que iban anunciando hasta oír la palabra mágica Peterborough y dije leyéndome el pensamiento “estoy un poco más cerca de mis versos, de Limam, de Pablo, de Zahra y Ebnu”. Diez minutos después bajé de aquel tren que iba a toda velocidad a Birmingham New Street.
Cuando observé aquella estación de tren me di cuenta que era demasiado pequeña para perderme, no era el desierto de Tiris-Zemmur en el que algún día no supe distinguir entre el norte y el sur, entre el este y el oeste. La clave esta vez fueron las palabras “time-platform” en otro término hora y andén; supe el sitio con exactitud y me apresuré como alguien condenado a la prisa como solución y pedí un café con leche. La camarera me dio uno del tamaño de una Coca-Cola y me pregunté a mí mismo, extrañado de semejante tamaño, si había pronunciado la palabra café de forma correcta; empecé a saborear aquello que no era lo que quería y al mismo tiempo tenía la vista clavada en la pantalla de la estación mirando las llegadas y salidas. Al tirar el vaso en el cesto de basura vi llegar el tren, me aseguré primero que iba dirección a Leeds y corriendo subí al asiento pegado a la ventana, en ese momento estaba tranquilo porque sabía que en cuestión de una hora y media llegaría a mi destino; abrí la antología poética de Mario Benedetti y leí el poema “Táctica y estrategia” e intenté analizar de forma minuciosa cada palabra, cada frase y supe que mi táctica es dejar que el tiempo pase y mi estrategia es que anuncien inmediatamente nuestra llegada a Leeds.
Escuché el nombre de Wakefield y recordé la explicación de Pablo en el correo electrónico, miré la pizarra y me aseguré que la situación estaba bajo control, después de diez minutos llegamos a la estación, compré una Coca-Cola y en cuanto bebí el primer trago llegaron Limam, Pablo, Ebnu y Zahra. Mirándonos las caras nos fundimos en un abrazo.
TRANSLATION
Poesía, poetry
le dije yo en inglés
él no me entendió.
Le dije Universty of Leeds,
Bubisher, versos, fuego y esperanza;
él no me entendió.
Le dije poetry in Spanish
translation in English.
Entendió mis versos,
y me dijo:
Welcome to the United Kingdom.
Mayo 2006
Ali Salem Iselmu,
Generación de la Amistad Saharaui.
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