La autora de este estudio académico es: Dorothy
Odartey-Wellington, Ph.D. (1997), Universidad McGill, es profesora titular de
la Universidad de Guelph, Canadá. Es autora de Contemporary Spanish Fiction:
Generation X (U of Delaware Press 2008) y de varios trabajos científicos sobre
la expresión creativa española y afrohispánica.
Trans-afrohispanismos: puentes culturales críticos
entre África, Latinoamérica y España es una aproximación innovadora a los
Estudios Afrohispánicos. Destaca las conexiones entre gentes, territorios y
medios de expresión en la confluencia de África y el mundo hispánico. Los colaboradores
del volumen aportan perspectivas desde sus respectivas especializaciones a
reflexiones sobre interacciones transculturales en diversos contextos. Estos
incluyen Guinea Ecuatorial, el Sáhara Occidental, España, Marruecos,
comunidades de afrodescendientes en América Latina y los espacios transnacionales
originados por las tecnologías digitales y la migración. Este libro ofrece una
visión más amplia de los Estudios Afrohispánicos. Adicionalmente, sirve de
modelo de investigación en un campo cuya seña de identidad es la movilidad de
gentes y conocimientos.
Esta nueva obra cuenta con trabajos de
varios académicos de distintas disciplinas en la ciencias sociales de diversas
universidades norteamericanas y europeas: Joanna Allan, Eduard Arriaga, Antonio
Becerra Bolaños, Justo Bolekia Boleká, Julia Borst, Milagros Carazas, Dosinda
García-Alvite, Maya García de Vinuesa, Gloria Lara Millán, Alain Lawo-Sukam,
Bahia Mahmud Awah, Dorothy Odartey-Wellington, Elisa Rizo, Nayra Pérez
Hernández, Juliane Tauchnitz and Kofi Yakpo.
Como coautor de este libro aporto un
trabajo de investigación sobre “El mestizaje lingüístico literario entre la
lengua hassaniya o hasania y la lengua española hablada en la República del
Sahara Occidental”. Hasania es un hibrido lingüístico que integra la lengua
senhaya, zenaga; el árabe clásico e influencias de la lengua española por
coexistir culturalmente casi un siglo en la identidad del pueblo del Sahara Occidental.
(…) Geográficamente el Sahara Occidental
está divido en dos regiones, Saguia El Hamra o Acequia Roja y Río de Oro. Por
el norte limita con Marruecos, al noreste con Argelia, al este y sur con
Mauritania y al oeste con el Océano Atlántico y las Islas Canarias. La moneda
del país es la peseta saharaui. La configuración social de sus pobladores es de
origen árabe afro zenaga[1] con notorias influencias culturales y lingüísticas
hispanas debido a un siglo de dominio colonial español. El historiador militar
francés Louis Faidherbe detalló la composición social que es embrión de los
actuales habitantes autóctonos del Sahara Occidental. Resaltó sus orígenes
sociales en las siguientes líneas:
Entre otras invasiones árabes, hubo
una muy importante hacia mediados del siglo V de la Hégira. [2] Se componía
principalmente de las tribus de Hilal y Soleim. Con ellas se encontraban las
tribus Makil, himiarita o del Yemen, y, como consecuencia, no descendiente de
Ismael, hijo de Abraham; esta tribu, poco numerosa en el momento de la
invasión, se multiplicó más tarde, hasta el punto de convertirse en una de las
más poderosas del África occidental. Los makil se dividieron en tres
fracciones: los Beni Obeid Allah, los Beni Mansur y los Beni Hassan. Estos
últimos, nómadas por excelencia, se extendieron por las arenosas regiones del
desierto hasta los lugares donde habitaban los zenagas, debilitados después de
la caída del poder almorávide que ellos habían fundado, esto es, en el siglo
VII de la Hégira (XIII de nuestra era). Los árabes Beni Hassan o Hassan
subyugaron a las tribus bereberes zenagas, las sometieron a tributación y
ocuparon su lugar en el dominio sobre las orillas del Senegal. Contra los
negros, terminaron la obra de conversión y contención. (Faidherbe 1877:5)
(…) En definitiva, a través de esta
simbiosis social podemos observar el mestizaje lingüístico y cultural en las
actuales poblaciones del Sahara Occidental y Mauritania.
Son evidentes las huellas de los países
europeos que en el siglo XIX conquistaron el continente africano y
establecieron sus colonias durante periodos que oscilan entre un siglo o siglo
y medio, en la cultura de los pueblos africanos que fueron colonizados.
Heredaron de sus metrópolis un legado tanto lingüístico y cultural, como el
sistema político con el que muchos de estos estados constituyeron y asentaron
su nueva configuración política social, una vez independizados. Las lenguas de
las metrópolis europeas, tras convivir con las nativas africanas, las
sustituyeron por completo en algunos casos y en otros coexistieron
recíprocamente, produciendo un mestizaje lingüístico cultural, como es el caso
del español con la lengua hasania en el Sahara Occidental, o la lengua española
en Guinea Ecuatorial con las lenguas nativas como el fang, el bubi, y otras
lenguas bantúes.
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