Fuente: LitERaFRicAs, 8 de abril de 2017
Jaimas, jaimas,
se alzaron en Gdeim Izik.
Jaimas, jaimas,
desafiaron al colono
y retumbó la epopeya
allá donde fuere.
Se dijo, de una vez por todas:
El Sáhara no se vende.
“El grito de Gdeim Izik”-Chejdan Mahmud
El 10 de octubre de 2010, cientos de
ciudadanos saharauis abandonan las ciudades ocupadas de El Aaiaún y Bojador y
“montan un campamento de protesta”. Días después el campamento crece y alberga
a cerca de 20.000 personas. Tras un mes, las autoridades marroquíes deciden
intervenir y desmantelarlo por la fuerza. Dos años después, Noam Chomsky
expresó en una conferencia lo que otros expertos también compartían; que la
primavera árabe había comenzado en Sahara Occidental, en el llamado campamento
de la dignidad: Gdeim Izik.
Mientras la mayoría de la opinión
internacional señala a Túnez como el primer estallido de las revueltas que se
sucedieron en el norte africano, varios académicos y periodistas contemplan la
idea de que fue en el territorio ocupado por Marruecos donde había surgido la
mecha. Es cierto que la reivindicación saharaui contiene en su interior un
elemento nuevo del cual carecen el resto de los países del norte de África, el
derecho de autodeterminación, pero también lo es que el campamento tuvo un
componente de reivindicación de “tipo social y económica” (Yolanda Sobero),
señalar que el Frente Polisario no estaba allí, “son ciudadanos que viven una
situación tremenda”. Se trató, en último término, de una revuelta pacífica, no
violenta, como tantas otras más conocidas que se han ido produciendo, cabe
mencionar como ejemplo las de Gandhi o Luther King. En este reconocimiento, una
vez más, el pueblo saharaui vuelve a ser víctima del olvido.
El objetivo era expresar y visibilizar
su rechazo hacia una política marroquí que les negaba sus derechos sociales más
básicos, tales como el trabajo, la vivienda o la cobertura sanitaria, entre
muchos otros. También se pedía el fin de la explotación de los recursos
naturales del territorio ocupado, principalmente la pesca y los fosfatos, ya
que no beneficiaba económicamente a la población saharaui. [Saharathawa]
Para ponernos en antecedentes y mostrarnos
lo que allí ocurrió surgió La primavera saharaui: escritores saharauis con
Gdeim Izik. El volumen es una mezcla de poemas de autores saharauis (antología de
la periodista Conchi Moya) pertenecientes a la denominada “Generación de la
Amistad” y relatos, “nacidos de la rabia y de la impotencia“.
Pero ante todo este “libro-jaima” es un
libro de resistencia.
Siempre se pone el sol,
siempre, dicen, llega la sombra.
¿Por qué esperas,
justicia esquiva,
agotar nuestra paciencia?
“Rumores”-Zahra Hasnaui
En la parte final del libro encontramos una
cronología de lo ocurrido en 2010, pero antes vamos leyendo diversas piezas,
todas con claro objetivo de denuncia, pero también como vehículo de
exteriorización de los sentimientos que se produjeron, sobre aquellos días en
concreto que parecen englobar un inmenso “hasta aquí hemos llegado” en la
situación que soporta el pueblo saharaui.
La literatura como vehículo de expresión y
de búsqueda de la verdad se dan cita en esta obra. El catedrático Carlos Ruiz
Miguel escribe de manera certera sobre lo que puede suponer el arte y la poesía
en estas circunstancias: “este libro puede acercarnos a la comprensión de aquel
fenómeno mejor que con otros medios”.
Los relatos contextualizan y aclaran, los
poemas nos invitan a acompañarles en sus sentimientos más profundos, en su
deseo de ser reconocidos. Lejos de ser una poesía “panfletaria”, bajo diversos
estilos desde los de estructura más sencilla hasta los de factura más compleja
y cuidada, los poemas componen un entramado vital de un puñado de vidas que
quieren exponer lo sentido, lo pensado y lo tragado en clave de denuncia, como
no podía ser de otra manera, pero también como vía de transmisión de sus
cuestiones individuales más íntimas tratando a la vez de hacer eco en nuestra
conciencia.
La voz inocente de un niño,
es culpable de la muerte,
culpable del odio de los verdugos,
de la ausencia de su ciudad.
Culpable que entierren
su voz para siempre
ante el silencio cómplice
de la indiferencia.
Dirán que la bala
atravesó su cuerpo,
atravesó su alma y desgarró su corazón.
Una vez más
culparán a su madre,
a su hermano,
a sus amigos.
Y al final
los vasallos,
encerrados en la ignominia
del delito,
culparán al niño saharaui
de su muerte.
“Culpable”-Ali Salem Iselmu – Poema
dedicado a Nayem Elgarhi, menor saharaui asesinado por disparos de la policía
marroquí cuando intentaba acceder al campamento de Gdeim Izik.
La primavera saharaui: escritores saharauis con Gdeim Izik – Editorial Bubok, 2012.
138 págs. [Antología de Conchi Moya. Autores: Abdurrahaman Boudda, Ahmed
Muley Ali Hamadi, Alí-Salem, Bahia Mahmud Awah, Chejdan Mahmud, Larosi Hadar,
Limam Boisha, Mohamed Salem Abdelfatah, Mohamidi Fakal-La, Said Beilal, Saleh
Abdalahi, Salka Embarek, Sukeina Aali-Taleb y Zahara Hasnaui]. También en
formato e-book.
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