Querido Presidente, te has ido el último
día de mayo, el mes en el que conmemoramos la creación del Frente Polisario y
los años de lucha del Pueblo Saharaui. Te has despedido en cuerpo, pero no en
alma, justo cuando comenzamos los preparativos del 9 de junio, el Día Nacional
de los Mártires. El destino nos ha dejado clara su señal.
Te has ido de la misma forma que viviste,
con humildad y discreción, como solo los grandes hombres saben hacerlo, los
líderes reconocidos, dejando un vacío en nuestros corazones que solo encontrará
alivio en la lucha por la independencia, el único motivo de tu vida, lograr la
libertad de todo tu pueblo.
Querido presidente, nuestro hermano y
compañero, hoy me conmuevo ante el sacrificio que durante más de cuarenta años
has hecho por tu pueblo. Solo luchando por nuestra causa justa te reconozco,
dando más de lo que se puede dar, porque tú no pensaste en otra cosa que no
fueran los demás.
Querido amigo, hemos conocido tu fortaleza
como ser humano, tu integridad y tu convencida firmeza, valores que no
escondieron tu carácter humilde, alegre y afectuoso. Fuiste un político de gran
talla, un combatiente heroico y un diplomático experimentado, que supo dirigir
con maestría a su pueblo, sin escatimar un solo esfuerzo para lograr que
nuestra causa alcanzara su victoria. Incluso herido de guerra o soportando el
sufrimiento de una enfermedad terminal, nunca te rendiste, nunca abandonaste,
jamás pensaste en descansar de la lucha, siempre en el lugar que te
correspondía, sin quejas ni dudas de tu responsabilidad.
Tu formación y bagaje no impidió que entre
los jóvenes fueras el joven más entusiasta, y sentado con los ancianos, fueras
el hijo educado y respetuoso. Tu sacrificio y el honor que has demostrado en
esta travesía como presidente, te ha hecho merecedor de elogios y
reconocimientos por todo el mundo. Has logrado abrir tantos caminos y tan
sólidos, que ni muriendo mil veces podrían cerrarse.
Tu simpatía, reconocimiento y apoyo al
movimiento solidario hacen que hoy tu pérdida se sienta en muchos rincones del
mundo.
Tus puertas siempre permanecieron abiertas
para todos los que quisieron hablar contigo, porque tu cargo no fue impedimento
para cumplir con tus responsabilidades hacia el huésped.
Tu legado es todo lo que fuiste y esa es
nuestra herencia, querido amigo, estimado hermano.
Te escribo y te hablo con la convicción de
que tu alma nos seguirá acompañando por el recto camino hacia la independencia
y la libertad.
Mi
admirado presidente, tu alma la llevaremos con orgullo para siempre, todos los
saharauis.
Salka Embarek. En este día, 31 de mayo de
2016.
D'IA NEGRO PARA EL S'AHARA
ResponderEliminarPERO LA LUCHA CONTIN'UA
UN ABRAZO
IMLILI